'Llamado' al pregón
El periodista Juan Miguel Vega (Sevilla, 1962) será el encargado de exaltar la Semana Santa, uno de los mayores reconocimientos de la ciudad. Tras varios pregones en hermandades, el director de Canal Sur Radio, clave para el éxito del programa El Llamador era un nombre evidente y merecido.
Hermano de San Bernardo y del Amor, este domingo, en La Maestranza, promete arraigarse a la tradición, esa que defiende, aunque sin más pretensión que emocionar, sin mirar a la historia.
Voy con mucha ilusión y muchas ganas de vivir la experiencia, que tiene toda la pinta de ser espectacular. Y, bueno, mi intención es que la gente se emocione, que compartamos todos la emoción de la llegada de la Semana Santa.
Consejos realmente he recibido pocos, pero es cierto que este jueves, Vicente García Caviedes, me dio uno que me pareció magnífico. Venía a decir que me recrease en cada página del pregón, porque no voy a volver a tener ocasión de leerle esa página a Sevilla.

Han sido muchísimos testimonios de cariño, de apoyo, de aliento. Palabras que quedan en el corazón. Pero si tengo que destacar alguno, los de mi familia, el de mi mujer y mis hijos, y la emoción con la que ellos están viviendo este acontecimiento, eso es lo más grande para mí.
Mi pretensión no puede ser pasar a la historia. Por lo menos, esa no es la mía. Es hacer que la gente pase un rato de emoción. A partir de ahí, puede pasar de todo, lo que sea. Pero en principio, el pregonero debe primordialmente compartir emociones y trasladar al auditorio el orgullo de una ciudad que tiene un acontecimiento tan especial como es la Semana Santa.
"Mi pregón será un paseo por la ciudad, la historia y las emociones"
Yo creo que sí, para Canal Sur Radio no deja de ser un reconocimiento a la labor que se ha venido haciendo. Es un orgullo, no he sido yo solo, sino un grandísimo equipo de profesionales que han venido haciendo una labor extraordinaria, abnegada, poniendo lo mejor de sí, creando un estilo. Poniendo a la radio pública al servicio de los grandes acontecimientos populares.
El mío es una especie de amalgama que reúne un poco todo. Un paseo por la ciudad, por la historia, las hermandades, porque es un paseo por las emociones de la ciudad y de los cofrades.
"Un pregón no puede ser un sermón ni una conferencia magistral"
Soy muy partidario de la tradición. No es algo malo, es algo que sustenta la cultura de los pueblos, algo a lo que no debe renunciarse por modas, que son coyunturales, pasajeras. Hablamos de una celebración de muchos siglos. Es un modelo asentado, un pregón es una cosa muy definida, no creo que haya que variarlo. Me gusta su solemnidad, su puesta en escena y lo que conlleva.
Una cosa es el contenido del pregón y otra el formato. Un pregón puede ser más floreado o menos, en función del pregonero. En cualquier caso, nunca hay que menospreciar la cultura popular, la poesía popular, esa literatura habitual del pregón. No se debe olvidar, el pregón es para el pueblo, para el conjunto de la gente, y debe estar hecho a la medida de la generalidad de la ciudadanía, no para unos pocos escogidos. El pregón de toda la vida es el que gusta a la gente. No puede ser ni un sermón ni una conferencia magistral, desde mi punto de vista.
"Me he sentido con muchísima libertad"
He hablado con él sobre la experiencia, lo que se siente, pero no ha recibido ninguna instrucción ni opinión sobre por dónde deben ir los tiros. Me he sentido con muchísima libertad para decir lo que estime oportuno. Supongo que él está expectante, como cualquier otra persona.
El protocolo estipula que hay un almuerzo oficial donde va el pregonero con las autoridades, el Consejo de Cofradías, familia, amigos y demás en el Alcázar. Si tengo ocasión, antes de ir, me tomaré algo, que me apetecerá.
Uno, cuando veo al primer nazareno el Domingo de Ramos. El otro, cuando yo mismo me estoy vistiendo de nazareno. Es un momento muy especial, lleno de simbolismo y emoción para mí.