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Si alguien quiere saber lo que es el fervor popular, lo mejor que puede hacer es ir en la mañana del Martes Santo al Cerro del Águila para ver la salida de la Hermandad que lleva el mismo nombre y, sobre todo, a la Virgen de los Dolores, la gran devoción del barrio. Pese a la incertidumbre meteorológica, la cofradía se ha puesto en la calle a su hora con un cielo donde el azul y las nubes aparecían a partes iguales.

Una mujer mira atentamente a un pequeño nazareno en el Cerro.
Una mujer mira atentamente a un pequeño nazareno en el Cerro.  MAURI BUHIGAS

Desde muy temprano, los vecinos del barrio (y algunos que vienen de fuera) van cogiendo sus sitios en las primeras calles de uno de los recorridos más largos de la Semana Santa de Sevilla. Un hecho que supone aún más riesgo ante la amenaza de lluvia porque durante gran parte del recorrido la Hermandad no tiene donde refugiarse.

Una tradición única

Sin embargo, si hay que hablar de la seña de identidad de esta corporación es, sin duda, la salida de su dolorosa con el himno de Andalucía. Se trata de la única virgen en Sevilla que realiza esta tradición ya que la mayoría de las demás lo hace con la Marcha Real. Esta también suena, pero después de los sones autonómicos. A ello se le suma una petalada y la tradicional suelta de palomas blancas durante los primeros metros del recorrido.

Un costal con la imagen de los titulares del Cerro.
Un costal con la imagen de los titulares del Cerro.

Antes de la Virgen de los Dolores han puesto dirección a la Catedral el Nazareno de la Humildad y el Cristo del Desamparo y Abandono en los otros dos pasos procesionales que tiene la Hermandad. Hasta las 14:30 será la única corporación en la calle en una jornada que es especialmente tardía en la Semana Santa de Sevilla y que, como en días anteriores, estará pendiente del cielo ante la incertidumbre y la probabilidad de chubascos durante la tarde.

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Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

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