La retirada de uno de los plaguicidas más utilizados durante décadas en España por su efecto contaminante, especialmente en el agua, no afectará a la lucha contra el mosquito que provoca la fibre o virus del Nilo Occidental.
Es la certeza tanto de expertos como de portavoces institucionales de ayuntamientos afectados o la propia Junta de Andalucía. Incluso laboratorios especializados en la fabricación de productos biocidas coinciden en que abandonar, definitivamente, el diflubenzurón aporta más ventajas que inconvenientes.
El debate aparece con la resolución de los comités técnicos del Ministerio de Agricultura. En los informes que, de forma periódica, publican con los niveles de toxicidad de miles de productos y las recomendaciones de uso anunciaban, este 27 de septiembre, la decisión de "no renovar" el permiso para fabricar diflubenzurón a partir del 1 de enero de 2025.
Este departamento técnico del Gobierno considera, ya desde 2022, que los efectos contaminantes del producto químico, especialmente en el agua, lo hacen poco recomendable para zonas cercanas a plantaciones de vegetales que vayan a consumir animales y humanos.
El diflubenzurón es el principio activo de los líquidos "biocidas" que mejor funcionan para combatir, mediante fumigación, el mosquito que transmite el virus, o la fiebre, del Nilo. Sin embargo, hace años que está bajo sospecha.
Fuentes oficiales de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía aseguran a lavozdelsur.es que los técnicos de la administración autonómica "no lo usan para fumigar en arrozales desde 1990. Desde hace varios años, en realidad, ya no se usa para nada, en ningún caso".
Tanto los expertos de la Junta como los municipales confían en que la retirada del producto no suponga ningún retroceso en la lucha contra la enfermedad. "Los expertos nos dicen que la retirada del diflubenzurón no será un hándicap en la prevención de la enfermedad", asegura Modesto González, alcalde de uno de los municipios más afectados, Coria del Río.
"En realidad, ese producto que se retira no debe ser necesario porque se utiliza contra el mosquito, es decir, cuando ya hay poco remedio. Las mejores estrategias van por atacar mucho antes, a las larvas, durante el invierno y la primavera, para que el mosquito no llegue a nacer".
"Una vez que nace ya hay que usar productos que sí pueden ser más agresivos para el entorno, para los animales y, por tanto, para los seres humanos", añade el primer concejal andalucista de la localidad sevillana.
Los técnicos del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Agricultura en las provincias de Sevilla y Cádiz apuntan exactamente a la misma línea de trabajo: "Todos los esfuerzos en investigación y en producción industrial están centrados en abandonar productos que ataquen el mosquito y mejorar los que actúan sobre la larva".
El razonamiento lógico que respalda esta tesis es el mismo que utiliza el alcalde coriano: "Si no llega a nacer el elemento trasmisor, el riesgo de contagio entre équidos y humanos baja muchísimo, casi desaparece".
El hecho que ha provocado el debate es el anuncio del Gobierno de que diflubenzurón dejará de ser fabricado en España a partir del 1 de enero de 2025. La decisión administrativa es pública y puede consultarse en la web gob.es/es/agricultura/temas/sanidad-vegetal
Las cantidades ya fabricadas con anterioridad a esa fecha sí podrán venderse y utilizarse, según admite la legislación, sólo durante el año próximo. A partir del 1 de enero de 2026, además de no producirse, tampoco podrá ser ya comercializado ni utilizado.
Responsables de Ecologistas en Acción en la provincia de Cádiz recuerdan que la decisión de Agricultura no debe sorprender porque "el diflubenxurón está prohibido en la Unión Europea como fitosanitario, es decir, para su uso en contacto con alimentos y vegetales, desde 2020 aunque se han concedido autorizaciones excepcionales para usos en zonas como campos militares".
Los animalistas consideran que, según la documentación consultada, el producto tiene "una baja toxicidad en mamíferos, moderada en peces, abejas y lombrices, pero algo mayor en invertebrados acistocos" que pueden acabar en la cadena alimentaria de animales y humanos. "No es sencillo que una administración nacional o europea prohíba un determinado pesticida, sea fitosanitario, sea biocida", advierten.
A falta de un pronunciamiento técnico oficial, Ecologistas en Acción entiende que el Ministerio de Agricultura debe manejar "firmes pruebas del riesgo de la sustancia. Ha valorado los riesgos y los beneficios de su prohibición frente a su uso en el control de mosquitos y ha decidido".
El Ministerio de Sanidad en Andalucía sostiene también la posibilidad de que "el fabricante haya renunciado a seguir con el producto si algunos estudios lo desaconsejan hace algunos años. Es frecuente que el productor, en circunstancias parecidas, renuncie al proceso de renovación, que no presente la documentación y paralice el trámite por omisión".