Rota, fundada por fenicios y que tiene hallazgos prehistóricos que se remontan a la Edad del Cobre, travesía de diferentes culturas y civilizaciones, podría decirse que fue refundada en los años 60 del siglo pasado por los norteamericanos. La influencia de la masiva presencia de militares estadounidenses por la implantación de la Base Aeronaval en el municipio ha marcado sobremanera el porvenir de esta villa de la costa Noroeste de Cádiz, con unos 29.000 habitantes.
Fueron los yankees exportadores por la vía de Rota de muchas de las influencias que llegaron a España en aquellas décadas de los 60-70 y todavía hoy siguen marcando parte del carácter de una localidad fijada igualmente por su tradición pesquera, agrícola y vitivinícola. Aparte de lo anterior, el rico patrimonio monumental, natural —ocho playas y ricos pinares y sistemas dunares— y gastronómico de Rota hacen que una escapada veraniega dé para mucho.
Entre el decálogo de imprescindibles para cualquier visitante no solo está la costa dorada y las aguas atlánticas que la bañan, sino que también hay multitud de buenas —y exóticas— recomendaciones culinarias —es el lugar del mundo con más pizzerías por habitante— y atractivos que disfrutar solos, en pareja o en familia.
Buceo, kitesurf o paddle surf en Costa Ballena
Con más de 2,3 kilómetros, delimitada entre la villa de Rota y el complejo turístico del mismo nombre, esta playa de fina arena dorada y muy espaciosa es, aparte de un enclave relajante para pasear por la mañana y tomar un refrescante baño para cargar pilas para todo el día, un espacio ideal para adentrarse, a nivel inicial o experimentado, en deportes acuáticos. El buceo y el submarino, el kitesurf o el paddle surf cada vez tienen más tirón en una zona donde hay diferentes empresas que se encargan de hacer inolvidable la experiencia. También hay cursos de catamarán y vela.
Una vuelta por Los Corrales milenarios
Declarados monumento natural de Andalucía, Los Corrales son construcciones que han usurpado el terreno al mar, para aprovechar las mareas en favor de la pesca. En 110 hectáreas, hay cinco Corrales en la costa de la villa y albergan una gran diversidad de especies marinas. Y luego está la conocida playa de Los Corrales, que posee una longitud aproximada de 1,4 kilómetros que se extienden desde el Hotel Playa de la Luz, a pie de playa y una gran opción para pernoctar —otras buenas propuestas son el Duque de Nájera o algún resort de Costa Ballena—, construido sobre las instalaciones de la antigua almadraba de Rota hasta la desembocadura del Arroyo Alcántara.
Una 'ONU' gastronómica en primera línea de costa
En Rota puedes degustar desde la auténtica pizza neoyorquina hasta deleitarse con los sabores orientales del restaurante chino más antiguo de España. Cocina cajún, hawaiana, de El Paso, hindú, árabe, brasileña... y, por supuesto, de la tierra. Uno de los bocados más asequibles y disfrutones están en la taberna El Gato, prolongación de Bodegas El Gato, donde se puede tapear low cost con buena calidad y regar con unos vinos de la tierra, ya sea con la popular uva tintilla autóctona o con un vermú de la casa de alto nivel.
Mayetería
Hablar en Rota de agricultura es hacerlo de la mayetería, "el trabajo en el campo del mayeto roteño, el agricultor roteño". En el kilómetro 3 del Camino de Santa Teresa (con acceso libre previa cita) está el Centro de Recuperación de la Mayetería, una interesante excursión para conocer esa Rota preBase, tan agrícola como pesquera. En sus dos hectáreas, estas instalaciones actúan como centro de interpretación y recuperación donde podemos visitar y conocer más a fondo el tipo de chozas en las que vivían los “mayetos”, el huerto que cultivaban a mano, los animales que cuidaban, y las plantas autóctonas de la zona. En el mismo recinto hay un museo dedicado a otro estandarte de Rota: el camaleón.
Una ruta por los Pinares
El pinar de Rota es un espacio natural con un gran valor ecológico, ya que cumple una indiscutible función estética y paisajística. "Este sistema —explican en la web de turismo de Rota— se extiende desde el paseo Virgen del Mar hasta más allá de Punta Candor". Su origen, mediante la plantación semilla a semilla, se remonta a las primeras décadas del siglo XX, con el objetivo de frenar el crecimiento de las dunas y la invasión, por parte de las arenas de la costa, de los cultivos tierra adentro.
Un castillo sobre un ribat fortificado musulmán
El Castillo de Luna es la joya arquitectónica de la Villa de Rota. Data del siglo XIII y se construyó sobre un convento fortificado musulmán o ribat del siglo XI. Tiene planta rectangular y cinco torreones almenados. Los Ponce de León utilizaron el castillo como residencia y se tiene constancia de que los Reyes Católicos visitaron la ciudad hospedándose en él. Esta fortaleza es todo un símbolo para los roteños, prueba de ello es su presencia en el escudo de la Villa. Este Castillo ha sido posteriormente Hospital y Colegio y actualmente es la sede del Ayuntamiento de Rota.
La gran parroquia de La O
En su interior se funden los estilos Gótico, Isabelino, Plateresco, Barroco y Renacentista. Se trata de la parroquia de Nuestra Señora de La O, otra joya monumental roteña, datada en el siglo XVI, que merece la pena visitar. Aparte, también hay curiosidades arquitectónicas que hacen de Rota una localidad muy singular. La más llamativa son las casas que trascalan. Explican desde Turismo de Rota que éstas comenzaron a construirse sobre el borde de los caminos y veredas próximos a los extramuros de la Villa como una construcción tradicional y espontánea sobre las parcelas agrícolas que formaban parte de los arrabales. Las viviendas, adosadas unas sobre otras, crearon poco a poco calles sinuosas y zigzagueantes de acuerdo al trazado original de los propios caminos y vereda, las cuales recuerdan a las medinas marroquíes. La Casa Angelita o la Casa Perera son dos de las más famosas.
El puerto deportivo Astaroth
El Puerto Deportivo Astaroth toma su nombre de la denominación que recibía Rota del pueblo Tartésico, una de las primeras culturas que se asientan en la ciudad. Fue inaugurado en 1992 con motivo del mundial de Vela en la clase 470. Más tarde se sometió a una importante modernización que lo ha convertido en el actual complejo portuario del que hoy puede disfrutarse. Otro aliciente más en una localidad costera gaditana famosa también por los conocidos veranos que en ella suelen pasar grandes artistas e intelectuales españoles como Joaquín Sabina, Rozalén, Almudena Grandes y Luis García Montero, pero también conocidos políticos como el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, con casa en Costa Ballena.