Cuatro semanas. Ese es el tiempo que cree la industria agroalimentaria de España que pueden durar las reservas de aceite de girasol que hay en nuestro país. Ucrania es un gran exportador de este aceite y con la guerra ha frenado toda actividad en sus refinerías. Más del 60 por ciento del aceite de girasol que llega a España procede de tierras ucranianas.
Esta preocupación del sector se ha traslado a los supermercados, que desde hace varios días están viendo el vaciado por parte de los clientes de los estantes del aceite de girasol. Esto les ha llevado a las grandes cadenas alimenticias a limitar la venta de unidades, algo que ha sido denunciado por Facua como ilegal.
Además, los precios se han disparado, siendo también denunciado por la referida asociación de consumidores.
Ante el posible desabastecimiento, las empresas dedicadas a la fabricación de dulces y productos que llevan aceite de girasol están buscando otros mercados para importar aceite. En este sentido, las miradas se han puesto en países como Argentina o Brasil. Otra opción que están barajando es la de encontrar otro tipo de aceite (de palma, colza o coco) para, llegado el caso de la falta de existencias de aceite de girasol, no tener que parar la producción.
Si tuviesen que probar con nuevas alternativas, el siguiente problema lo encontrarían en el etiquetado de los productos, que deberían renovarse, incluyendo el nuevo tipo de aceite incluido en la elaboración.