Ir al contenido

De lo más curiosa y singular es la selección de objetos que "nos unen, de la España de Paco", que ha publicado el portal Forocoches en redes. A la creatividad y trabajo de Sergio J. Ramos se ha sumado la inteligencia artificial para presentar los Iconic Spanish Objects, que van desde la mítica cabina de teléfono, ya en extinción, hasta el kit de costura de la caja de galletas danesas que no puede faltar en muchas casas.

La lista comienza con el servilletero de bar, “el verdadero tótem nacional” que “no seca ni una lágrima”. “Nadie ha conseguido sacar una servilleta sin llevarse ocho más. Si no pone ‘gracias por su visita’, no vale”. El segundo objeto de esta peculiar lista es la bombona, que “sabe más de España que tú y ha calentado más hogares que el amor. Naranja, sucia y con solera. Huele a paella”. 

De punto de reunión a lugar de trapicheos

La cabina telefónica ha pasado de “ser un punto de reunión” a convertirse actualmente –en los pocos casos que quedan– en lugar de “trapicheos”. La “última llamada” data de 2007. Y una confesión: “Todos mirábamos si alguien se había dejado unas pesetas. Spoiler: no. Ahora, con graffitis incluidos, como debe ser”, apuntan desde Forocoches. La fuente que siempre está cerrada es el cuarto objeto icónico. “Tu madre decía que de ahí bebían los perros. Nadie la ha visto funcionando jamás, pero ahí sigue, imperturbable. Cerrada. Como tu ex”. 

¿Quién no ha conocido a la papelera reventada? “Si tiene bolsa, has triunfado. Capacidad: 5 litros. Mierda encima: 50 litros. En cada barrio hay una. En cada corazón, también”. El asiento de taxista también es mítico, hecho de bolitas de madera y “pura testosterona. La powerbalance de los taxis. No sabemos si sirve para algo, pero todos los taxis lo llevan desde 1973. Da masajes, sabiduría y conversaciones de cuñado. Nivel de respeto: no tocar si no eres autónomo”. 

El mueble donde no cabe la televisión

La caja de galletas en la que no hay galletas es otro de esos objetos que han visto crecer a varias generaciones. “Hay hilos, dedales y el trauma de una infancia engañada”. El mueble donde no cabe la televisión, también conocido como “el mamotreto” es el octavo objeto de la lista. “Lo compraron cuando naciste, y ya va a morir ahí. Pesa como un Seat Panda y ahora solo sirve para poner una televisión con tamaño de monitor. No combina, pero se queda”. 

Y qué decir de esos imanes con la frase ‘Yo conduzco, ella me guía” que no faltaban en los coches de antes y que eran un “seguro de coche divino porque con la Virgen al volante, no hay siniestro”. La mesa de camilla, otro clásico, que “sabe tus secretos y ha visto siestas, rosarios y cafés de 12 horas. Siempre con su encaje y su cristal. La mesa definitiva. Que le follen a Ikea”. 

"Hoy no se fía, mañana sí"

Otro objeto llegó para quedarse y lo seguimos llevando a la playa después de varias décadas de uso. Con ella, con la neverita, no va lo de la obsolescencia. “Ha ido a la playa más que tú. En ella caben tres birras, cuatro filetes empanaos y toda tu infancia. El hielo acaba con arena. Jamás se limpia. No se debe. Es patrimonio”. Objeto icónico número 12. Tecnología punta, no hay más preguntas: microondas con ganchillo. “Protegida con artesanía de la yaya. Calienta croquetas, pero siempre coqueta. El ganchillo no se quita. Jamás. Protege el alma del aparato”. 

La bailarina cutre de porcelana, la de Lladró, tampoco puede faltar. “Costaba un dineral. Está en la vitrina buena desde que tienes uso de razón. Nadie la toca. Nadie sabe por qué está ahí. Pero si se rompe, se para España”. “Hoy no se fía, mañana sí”. Un azulejo tradicional en muchos lugares para “evitar deudas. Amenaza pasivo-agresiva en cerámica fina con un mañana que nunca llega. Obra maestra del trofeo hostelero. Decoración y política económica, todo en uno”. 

Y, por último, para finalizar la lista, el toldo verde que “no da sombra, no protege, no sube, pero lleva ahí desde 1972 y nadie lo toca. Descolorido por el sol, mordido por los años. Orgullo de facha-da. Auténtico escudo solar español”. 

Sobre el autor

Rubén Guerrero.

Rubén Guerrero

Ver biografía