Aunque presenta todas las características de un deceso, no lo es. Su estado se puede presentar por minutos, horas o varios días en los casos extremos. Lo realmente inquietante de este trastorno radica en que la persona afectada puede ser sepultada estando aún con vida y despertar en cualquier momento.
Para colmo, y lo que pone de nervios a los gaditanos de Chipiona, Jerez, Sanlúcar, Arcos y a de la misma Cádiz capital, es el no estar ellos seguros ni cuando han elegido la incineración. Recordemos, que hay veces que algunos cuerpos se han sentado durante la cremación También se han dado casos de encontrarlos en algo llamada postura pugilística. Esta posición se caracteriza como una postura defensiva. Naturalmente en los tanatorios, calladito todo el mundo y “silencio sepulcral”, ni una palabra a los familiares del difunto.
Este tipo de cosas, como es el morir enterrado vivo, para muchos puede ser el argumento ideal de una película de terror. Hablamos de lo que es la peor pesadilla en la provincia de Cádiz: “El terror a que te entierren vivo”. A lo largo del tiempo, la ciencia pudo constatar, a través de la exhumación de cadáveres, que ciertamente muchos seres humanos fueron sepultados vivos, después que los médicos acreditaran su respectiva muerte.
El miedo irracional y patológico a ser enterrado vivo se le conoce como tapefobia. La tapefobia se trata del miedo a ser enterrado vivo tras un diagnóstico de deceso erróneo, debido normalmente a un trastorno repentino de inmovilidad y cese aparente de las funciones vitales que puede postergarse durante días (catalepsia).
Nos deja claro, es un estado biológico en el cual la persona yace inmóvil, en aparente muerte y sin signos vitales, cuando en realidad se encuentra viva en un estado que podría ser consciente o inconsciente, lo que puede a su vez variar en intensidad: en ciertos casos el individuo se encuentra en un vago estado de conciencia, mientras que en otros pueden ver y oír a la perfección todo lo que sucede a su alrededor.
Sencillamente, si fueras una persona a la que han sepultado viva tus posibilidades de vivir son pocas, ya que la muerte sobrevendrá antes de agotar el oxígeno contenido en el ataúd, lo que ocurrirá en un tiempo estimado de cinco horas. A medida que el dióxido de carbono se acumula te dará sueño y eventualmente caerás en coma antes de que tu corazón se detenga y el resto de tu cuerpo lo siga. Podrás sentir la asfixia y obviamente será aterrador, pero al menos, no estarás consciente durante esos últimos momentos.
Digámoslo así: “Da patadas a la tapa. Cuando se rompa, si estás enterrado, deja caer la tierra y colócala al fondo del ataúd, junto a tus pies. Si la tapa es muy pesada, golpéala con algo de metal para que alguien pueda oírte. Trata de sentarte La tierra que cae ocupará tu lugar y tú el del hueco que deja hasta ponerte de pie”.
El riesgo de ser sepultado vivo existe. ¿Y tú a qué le tienes miedo?
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