Cada verano, desde hace 21 años, El Inesperado se instala a la orilla de la desembocadura del Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda. La historia de este emblemático negocio hostelero está marcada por abundantes comidas familiares para dar la bienvenida a las vacaciones, noches eternas con flamenco en vivo y risas infinitas con los mejores monologuistas del país.
Ahora, el chiringuito se ha reinventado y, tras unas largas obras para dotarlo de unas infraestructuras que aguanten todo tipo de climatología, ha inaugurado un lugar gastronómico que pretende convertirse en un lugar de referencia en la ciudad de la Manzanilla. De chiringuito a restaurante al mar, como reza su nuevo nombre.
“Queríamos darle un nuevo enfoque al paseo marítimo de Sanlúcar, el que se merece”, explica José Manuel Parejo ‘Pigüi’ (59 años), dueño del establecimiento. La reapertura se ha hecho esperar, pero cuidar cada detalle para marcar el nuevo enfoque era imprescindible. “La gente está aceptando el cambio. Después de tantos años dando de comer a familias, basándonos en el plato combinado y el guiso del día, hemos tratado de desvincularnos de eso y dejarlo atrás. Hemos pasado a ser un restaurante, con una carta más elaborada”, nos explica su hijo, José Manuel Parejo (21 años).
Todos los cambios conllevan riesgos, pero valía la pena correrlos para que El Inesperado dejase de ser un establecimiento típicamente de verano a un restaurante en el que poder disfrutar de una experiencia gastronómica cada día del año. “Hemos hecho un tipo de montaje que no cabe duda que es para tenerlo todo el año abierto. Va a ser un placer comer aquí en invierno, porque cualquier postal aquí, con estas vistas a Doñana, va a ser bonita. Da igual si llueve o hace frío, esto es precioso siempre”, expresa Pigüi contemplando el paisaje, un plus de alto nivel que sumar a su propuesta de chiringuito premium.
El Inesperado no es solo un chiringuito más de los cientos que bañan la costa gaditana. Este pequeño lugar del sur fue pionero en traer el flamenco a pie de playa en sus martes flamencos. “Todo lo que ahora hay en los chiringuitos de El Palmar o en Zahara sale de aquí, de El Inesperado. Los conciertos aquí eran algo como las carreras de caballo: empezaba el verano y ya la gente estaba pensando en los martes flamencos de agosto”, explica el responsable del local.
Ilusionado de su nuevo proyecto, no puede evitar echar de menos aquellos días donde las mejores voces del país se hacían eco en su local. Sin embargo, era algo imposible de celebrar en la actualidad. “Las normas de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía no te permiten ningún tipo de actividad musical aquí”, explica Pigüi, y añade que era un evento que empezaba "a costarnos el dinero".
“No teníamos horarios para soportar el caché de los grupos. Ya comenzamos a hacerlos con patrocinadores como un capricho nuestro. Le tenemos un recuerdo muy especial a esas noches y gracias a esto, toda la costa de Cádiz ha empezado a apoyar el flamenco y llevarlo a sus chiringuitos”, explica con orgullo. No obstante, algunos de estos conciertos se han mudado a El Salaero, una discoteca a la entrada de Bajo de Guía que también dirige el hostelero.
En pocas horas del día El Inesperado no está listo para dar la bienvenida a su público. El chiringuito abre sus puertas desde las ocho de la mañana para dar servicio de desayuno y abarca hasta la madrugada, cuando sirve sus últimas copas largas El objetivo del establecimiento es cubrir todas las horas y dar un servicio adaptado a cada momento del día. Por ello, además de su servicio de comida, dispone de una zona chill out para disfrutar de una de las mejores puestas de sol de la costa gaditana, con hamacas para degustar algunos cócteles.
Para su nueva carta, creada por el chef Gonzalo Hierro, han intentado desvincularse de Bajo de Guía y proponer algo diferente. “Al final, si a alguien de fuera le preguntas por Sanlúcar te va a hablar del pescado frito, de los guisos marineros, de los langostinos... En nuestra carta esas recetas toman una parte importante, pero es algo más innovadora, con platos más actuales. Una metodología culinaria más vanguardista”, explica a lavozdelsur.es José Manuel.
“Ahora hemos empezado con esta carta a la que vamos a acostumbrarnos, pero próximamente meteremos platos de aquí de Sanlúcar”, comenta. Entre sus propuestas destaca el pescado fresco y recetas con productos de proximidad. Ingredientes de la tierra para dar el sabor de Sanlúcar a sus platos.
Con una plantilla muy numerosa, han creado un equipo para hacer frente al primer verano de Sanlúcar como Capital Gastronómica: “Tenemos mucho personal porque tenemos que cubrir muchos turnos. Un camarero no puede soportar tantas horas y menos ahora como está de difícil el sector”, explica el joven José Manuel, que hace hincapié en la importancia de respetar los derechos laborales.
“La gente quiere trabajar sus horas, como es lógicoc y hay que cumplir en ese sentido. Al fin y al cabo, nosotros vivimos por ellos y seguimos en pie gracias a los trabajadores, que son quienes mantienen esto abierto. Si no ayudas al que te está ayudando, no sigues adelante”, zanja.
Los tiempos cambian; Sanlúcar lo ha hecho y El Inesperado ha evolucionado conjuntamente con la ciudad. Con un equipo entregado, el nuevo restaurante construido en los cimientos de un histórico chiringuito pretende ofrecer una experiencia durante todo el año a todos lo que se acerquen a visitarlos. Al fin y al cabo, tal y como el dueño del establecimiento recalca, aunque El Inesperado haya cambiado lo que le diferencia de los demás chiringuitos es “el corazón que le han puesto al proyecto”.
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