Son apenas las 10 de la mañana pero el puesto de El Lobo, en las inmediaciones de la 'Plaza', ya tiene la plancha encendida y está rebosante de filetitos de lomo, pollo y huevos. Sorprende ver que en lugar de las habituales tostadas, abunden las copas de vino, las cervezas, el anís, los bocadillos y los sandwiches.
“Tenemos a trabajadores de la construcción que llevan desde las 5 de la mañana en planta y a esta hora vienen a reponer fuerzas”, cuenta Toñi Rodríguez Calafate, la mujer de Jesús Lobo Medina, propietario de El Lobo, que precisamente celebra el 12 de diciembre su 23 aniversario. “Oficialmente se llama 'Burger-bar La Tapita’, pero todo el mundo en Jerez lo conoce como ‘El Lobo’, es su apodo y el nombre popular que ha cogido el bar”, prosigue Toñi.
En la zona de levante es habitual la costumbre de “almorzar” (el tradicional esmorzaret valenciano), que es como llaman a un desayuno contundente típico de La Huerta, a base de encurtidos, olivas, cacahuetes y bocadillos de longaniza, morcilla o sobrasada. Si algún lugar en Jerez parece replicar esa costumbre mediterránea es sin duda El Lobo. Este bar lleva desde 1998 en la calle Doña Blanca, en uno de los puestos que se encuentran en las inmediaciones de la Plaza de Jerez, a la espalda de la churrería Manuel.
Pasar un rato en este lugar (que cuenta con una pequeña barra y la terraza) es como entrar en un observatorio de la jerezanía más pura, un ecosistema propio con un continuo transitar de parroquianos que comentan la jornada e interpelan continuamente a ‘El Lobo’. La idiosincrasia de la ciudad se observa desde la barra de este establecimiento que está ahora de aniversario.
Jesús tiene respuesta rápida para todos ellos y lo mismo prepara bocadillos que cambia loterías de Navidad, mientras atiende esta entrevista y vigila que a los vendedores de los puestos del mercado también les llegue su almuerzo y que “los pescaderos tengan su copita”. Toñi, bandeja en mano, no para de entrar y salir de la 'Plaza' para llevar la comida a los vendedores.
Jesús todos los días está listo a las 5.30 h de la mañana para atender a “las personas mayores que vienen dando guerra” y a todos los vendedores y comerciantes de la zona. “Lo que más me gusta es que trabajo para mí y que el cliente que tengo es de confianza y muy amable. Lo mejor también es que esto es un negocio familiar, aquí estoy acompañado de mi mujer y de mi suegra”.
"Todos los productos que tengo son frescos, lo compro directamente en el mercado y lo cocino"
“Los platos típicos de aquí son el sándwich de pollo y la tortilla de gambas. El pollo que hago lleva un condimento estrella”, cuenta Jesús. “Es el condimento secreto del chef”, añade Toñi entre risas.
“Este puesto tiene una cosa muy buena y es que tengo muy poco sitio, por lo que todos los productos que tengo son frescos, lo compro directamente en el mercado y lo cocino. ¿Qué quieres una carne rica? Yo voy a la Plaza, te la compro y te la hago al momento”, explica Jesús. “También cocino lo que el cliente compra “hasta lubinas a la plancha, todo lo que el cliente quiera”.
Sobre la situación del centro, Jesús lamenta la situación: “Está todo fatal, muy mal. Área Sur llegó y arrasó totalmente con las tiendas del centro”. Aún así, él y su puesto siguen imparables atendiendo a un público singular que hace de los desayunos verdaderos almuerzos jerezanos.