El horno desprende un olor familiar capaz de abrir el apetito a cualquiera. De masa fina, con tomate y un sinfín de ingredientes, las pizzas ya están listas para que los comensales disfruten. Desde la avenida de la Paz de Valdelagrana, rodeada de chalets particulares, la pizzería María Regina, especializada en comida italiana, cumple 25 años.
“Estamos de aniversario”, exclama Joanna Romagnoli, fundadora de este establecimiento que nació en 1997. La italiana, procedente de Módena, la ciudad de los Lamborghini y los Ferrari -hasta tiene un museo-, nunca había explorado la hostelería hasta entonces. Y decidió lanzarse junto a su pareja y su hija.
“Vine un día de vacaciones y conocí a los chicos de la pizzería Blanca Paloma, la segunda vez que vine, decidí empezar aquí. Tenía ganas de salir de Italia”, explica la italiana desde uno de los cuatro salones que alberga el local.
Joanna aprendió de la mano de un referente de la cocina italiana en El Puerto desde 1993 y se atrevió con su primer emprendimiento. Se instaló en el local, que ya estaba dedicado a la restauración antes de que llegara, y le mantuvo su nombre: María Regina. “Sería como la Virgen del Carmen aquí, yo soy muy devota de la virgen y se lo dejé”, comenta.
Con los consejos de los compañeros en una mano, y mucha ilusión en la otra, Joanna no dejó pasar la oportunidad y comenzó su andadura con una carta repleta de platos típicos de su país. Desde pizza y pasta hasta risottos y bruschettas.
“Con el tiempo hemos ido variando y hay cocineras que han metido platos nuevos”, añade repasando la evolución de este sitio donde también se pueden degustar mejillones. Según cuenta a lavozdelsur.es, “los hacemos como se hacen en Italia”. Además, incorporan ensaladas, espinacas a la parmesana o lasaña de setas y verduras, más allá de los clásicos espaguetis a la carbonara o la pizza margarita.
La italiana Ivonne lleva los platos a las mesas mientras el resto del equipo está con las manos en la masa. Aterrizó en España en 2005 y al año siguiente probó en esta pizzería. “Necesitaba un cambio de vida”, dice delante de un cuadro realizado con tapones de cervezas y vinos que se han ido vendiendo en el restaurante.
Cuando algún comensal escucha su acento, si le gusta Italia o ha estado allí, enseguida le cuenta los lugares que ha visitado. Ivonne atiende a una pareja al mismo tiempo que Samuel, portuense que lleva ocho años en el equipo, prepara un pedido para llevar a domicilio.
El local, que un viernes cualquiera tiene casi todas las mesas ocupadas, está decorado al gusto de Joanna, “un poquito particular”, reconoce. Móviles colgados del techo, vinos y jarras de todos los colores adornan los rincones, entre otros detalles como postales con duendes en las mesas.
Después de un cuarto de siglo ininterrumpidamente -salvo por la pandemia- no es de extrañar que la pizzería cuente con clientes fijos que no se van de El Puerto sin pisarla. “Viene mucha gente de Valdelagrana, cuando el municipio estaba cerrado por el covid no veíamos caras nuevas, pero ahora vienen de Jerez, Cádiz, Puerto Real”, cuenta Ivonne.
En verano no faltan los turistas que suelen frecuentar esta zona, mítico enclave para el turismo de sol y playa. “Hay cordobeses que veranean en Costa Ballena y puntualmente vienen aquí”, señala. Un lugar coqueto para veladas especiales o comilonas en familia donde las manos italianas siguen preparando sus especialidades.
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