En este artículo, te ofrecemos la forma de diseñar una ruta sin tener que salir fuera, aprovechando las múltiples opciones que ofrece tu localidad y que, quizás, ni siquiera te habías dado cuenta. Es el momento, hasta que las restricciones se levanten, de aprovechar para ir en familia o en un grupo reducido de amigos a pasar un día, desde que se levanta el toque de queda hasta el cierre comercial a las seis, que seguro no olvidarás. Para ello, ponemos el ejemplo de tres municipios de diferente tamaño: El Puerto de Santa María, Coria y Málaga capital.
1. Un paseo natural o cultural para estirar las piernas
Comenzamos con un primer desayuno en casa, sobre las ocho y media de la mañana. Un café rápido y algo de pan para coger fuerzas, pero no demasiado. Ya habremos elegido dónde vamos a ir. Caminaremos desde las primeras horas de la mañana. Una ruta de dos horas y media que puede incluir paradas, sin problema, y tramos urbanos. Bien equipados, con calzado cómodo, una botella de agua y a caminar, por ejemplo, desde las nueve de la mañana. Podemos ir en grupo, aunque en todo caso siempre con mascarilla. Si hace falta desplazarse en coche, lo haremos de forma que los convivientes vayan juntos, aunque es una buena ocasión para usar el transporte urbano.
Si vives en ciudad, una propuesta es aprovechar los espacios entre naturaleza y ciudad. Si hablamos de Málaga, podemos comenzar una caminata desde la playa de Sacaba hasta Pedregalejo, por la arena, con esa sensación de libertad de ir mojándolos en la orilla. Para los menos atrevidos, podemos caminar por la arena o por los amplios paeos en paralelo.
Para El Puerto de Santa María, hay un seguro, Los Toruños, aunque podemos comenzar la ruta desde la playa de Valdelagrana, caminando por la playa. Después de secarnos bien los pies, podemos volver a calzarnos para dedicar, por ejemplo, una hora a un paseo entre naturaleza. En el caso de Coria del Río, la propuesta pasa por aprovechar la belleza de la Ribera del Guadalquivir. Una vez superada la crisis del mosquito del Nilo, podemos volver a caminar junto a los arrozales.
2. Un buen desayuno para reponerse y una búsqueda de comercios de la zona
Se nota la caminata, vaya si se nota. Pero te sientes con ganas de más, porque no hay nada como activar nuestro cuerpo. Podemos aprovechar para reponer fuerzas, ahora sí, con un segundo desayuno de media mañana que nos dejará como nuevos. Quizás un café, o quizás una tostada. Es buena ocasión para tomar esos desayunos en la calle con tranquilidad, lo que entendemos por un homenaje, sin prisas, sin agobios. Hemos caminando desde temprano y llega el descanso del guerrero.
En Málaga, podemos aprovechar con los bares de la zona de Pedregalejo o volver al centro, o si hemos tomado la ruta en sentido contrario, pasear entre la vida que tiene un barrio como Huelin. Allí, tras el homenaje, podemos pasear en busca de productos made in Málaga, en el entorno del Mercado. En El Puerto, hay negocios de Valdelagrana que mantienen su actividad comercia desde el desyauno. Si no, quizás está la opción de volver al Centro, igual que en Coria. Si en otras ocasiones podíamos empaparnos de gastronomía dentro del entorno natural, ahora podemos buscar esos rincones en zonas que también tienen pequeñas tiendas alrededor, por ejemplo, en los mercados de abastos.
3. Elegir productos andaluces y un almuerzo sin prisa
Para acabar la jornada, podemos diseñar actividades para dos horas aprovechando los recursos más apreciados de la localidad. En el caso de Málaga, una visita al Museo del Automóvil o el Picasso, apostando siempre por la cultura segura, cumpliendo todos los protocolos que se nos indiquen en los espacios. Podemos también visitar la Alcazaba, por ejemplo, o subir a alguno de los miradores. Pero dejando tiempo para un buen paseo en busca de los productos andaluces que cuentan con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida. Hablamos del aceite, o de las aceitunas, o de la miel, o de vinos y vinagers. Tanto en Coria como en El Puerto, como en cualquier localidad, puedes encontrar variedad de estos productos. Pueden ser el protagonista de un almuerzo en casa al día siguiente, para seguir empapándonos de Andalucía. Puedes consultar a continuación todos los productos andaluces que cuentan con ese distintivo de calidad.
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Bebidas Espirituosas
- Frutas y Hortalizas
- Jamones y Paletas
- Otros Productos
- Productos de panadería y repostería
- Productos derivados de la pesca
- Vinos
- Vinagres
- Pliegos autorizados uso 'Calidad Certificada'
Una vez que hemos localizado comercios donde encontrar algunos de esos productos andaluces, toca encontrar un establecimiento de buen nivel y comidas de la tierra. Puedes ayudarte de los buscadores de internet, pero quizás es momento de pedir recomendaciones a personas de nuestro entorno que sepamos que tienen un buen gusto para los almuerzos sanos y ricos. En Andalucía podemos disfrutar de guisos basados en carne y pescado. Cada provincia tiene multitud de sabores que le son propios.
Para ello, es my recomendable llamar previamente al establecimiento, con margen, para reservar una mesa. Si el tiempo acompaña, puedes aprovechar en alguna terraza para disfrutar sin prisas. Hoy no tienes que preocuparte por las horas del almuerzo: si toca a las dos, a comer a las dos; si toca a las tres, a las tres. Entre medias puedes organizar mejor un rato para descubrir sabores que tenías a la mano pero no conocías.
Es el consuelo que tenemos los andaluces en estos tiempos de covid: si no se puede salir a otras localidades para disfrutar, en cada localidad, grande o pequeña, esté donde esté ubicada, tenemos muchísimos recursos para estar en contacto con la naturaleza o con la cultura, o aprovechando bonitas vistas para caminar sin preocupaciones, y encontrar productos y comercios de la tierra que nos necesitan más que nunca, y saciando el hambre con alegría. Es el momento de hacer turismo sin salir del municipio. De disfrutar los secreto que tiene, que te hagan entender por qué millones de turistas, antes de esta crisis, se decantaban por Andalucía. No se equivocaban. Tenemos todo. Quizás, solo faltabas tú.
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