Durante 165 días de media al año la provincia de Cádiz se halla a merced de los rigores del Levante. En función del día, las rachas pueden superar los 100 kilómetros por hora. En función del año —hace cinco fue insoportable—, el verano puede ser memorable si coincide un vendaval de varios días con la reserva que se haya hecho para pasar las vacaciones en la, por otra parte, idílica costa gaditana.
Si por un casual ocurriera algo así, hay muchas opciones para que no cunda el pánico y no acabemos con los ojos rojizos del roce de esa fina arena dorada de las playas donde este viento dominante es inmisericorde cuando salta. Aquí van diez opciones alternativas, incluyendo calas y playas gaditanas que soportan especialmente bien esta fuerza de la naturaleza que, por si fuera poco, altera cabezas y cuerpos cuando sopla en su máxima expresión.
Una ‘playita’ en una reserva de la Biosfera
En más de 60.000 metros y con cuatro llanos en sombra casi en su totalidad, el Área Recreativa de Arroyomolinos, que se remonta a mediados de los 90, gana cada año más adeptos. Por apenas 3,5 euros (4,5 en fines de semana) la entrada, Zahara de la Sierra cuenta con una playa de interior con el agua a una temperatura entre los 18 y los 22 grados. La popular playita, que estrena temporada 2021 el próximo 26 de junio, es un enclave en plena naturaleza, seguro y ajeno al viento de Levante que sopla en la costa en muchos momentos del verano. Esta playita es única, dentro de la reserva de la biosfera que representa el Parque Natural de Grazalema. Su horario es de 11 a 19 horas.
Adrenalina desde lo alto de la Bahía
Un clásico del verano en la provincia de Cádiz es Aqualand, el parque acuático con impresionantes vistas a la Bahía desde algunas de sus atracciones. Kamikaze, Congo River, Zero Gravity o el mítico Black Hole son algunas de las pistas deslizantes más emocionantes de este parque que prevé abrir sus puertas el próximo 3 de julio. El antes conocido como Aquasherry, con una enorme zona de picnic y con todas las medidas de seguridad contra el covid, tiene entradas desde 11 euros y su horario en julio y agosto es de 11.00 a 19.00 horas.
La 'playa' de El Santiscal, a las puertas de la Sierra
La playa artificial de El Santiscal, en Arcos, puerta de entrada a la Sierra de Cádiz, es otra gran opción para huir del Levante en la costa o directamente para tener un plan alternativo a un día típico de playa en la costa gaditana. Duchas, Lavapies, sombrillas, merenderos, aseos, chiringuito… como una playa más pero con el aire de la Sierra gaditana.
Un baño en el Celemín entre tipis y yurtas
'Wakana', con sus tiendas tipis y yurtas originales de Mongolia para alojarse, es un complejo de naturaleza en pleno parque de Los Alcornocales, en Benalup-Casas Viejas y bañado por el embalse del Celemín. Con un lago y tres islas, vestigios prehistóricos y una cueva con pinturas rupestres, el Tajo de las Figuras, este camping con glamour cuyo nombre alude, según la tradición Sioux, a lo sagrado, tiene una zona de baño en el lago y permite actividades deportivas. Si singular son sus estancias para hospedarnos, ver la puesta de sol o darse un chapuzón junto al lago es inolvidable. A eso se suma buena gastronomía y muchos planes de ocio cultural. Nadie se acordara de la costa, pese a que está a pocos kilómetros.
La Garganta Verde, baño en una poza de color esmeralda
La experiencia, con 400 metros de profundidad, requiere de preparación (dificultad alta), pero el desenlace, en un baño en una poza de agua color esmeralda, es único. La Garganta Verde, en el Parque Natural de Grazalema, entre Zahara de la Sierra y la localidad grazalemeña, es un espectacular cañón de roca originado por el azote de las aguas del arroyo Bocaleones que acaba en una cavidad llamada Cueva de la Ermita o Ermita de la Garganta, por el parecido con la cúpula de un templo religioso. Además, este enclave emblemático es el hábitat de una importante colonia de buitres leonados. Se trata de una zona de acceso restringido por lo que hay que solicitar autorización a la Consejería de Medio Ambiente. La Almazara El Manzanillo organiza rutas para comprender el ecosistema de este paraje tan especial y disfrutar, claro que sí, de un chapuzón de ensueño.
Las calas del Aceite y Roche
Entre la Fuente del Gallo y la urbanización Roche, en Conil, entre acantilados y un pinar imponente, las calas de Roche no solo son refugio contra el Levante sino que su valor paisajístico es de enorme bellaza. Algunas son de difícil acceso y hay que tener cuidado al lanzarse al agua ya que puede haber rocas. Excepto en la Cala del Aceite, que cuenta con chiringuito en verano, los restaurantes y bares más cercanos se encuentran en el puerto de Conil, junto a la desembocadura del Rio Roche, en la urbanización Roche o en Roche Viejo. La cala del Aceite tiene 450 metros de longitud por 25 metros de anchura, mientras que otras calas reducen notablemente su aforo en función de las mareas.
La Ballena, en la costa noroeste
La costa noroeste gaditana, entre Rota y Chipiona, ofrece arenales capaces de combatir un día de fuerte Levante en el litoral gaditano. Costa Ballena, al margen de su resort macrourbanización, ofrece una bonita playa bañada por el Atlántico que cuenta con servicios y, siendo tan espaciosa, suele permitir un día de sol y baños en el agua con cierta comodidad. La playa de La Ballena, semivirgen, conserva mucho encanto y con marea baja es ideal para dar largos paseos.
Un baño a las puertas de Doñana
Los tickets de la barcaza se compran en la Fábrica de Hielo, junto a la emblemática Bajo de Guía. Se cruza la desembocadura del Guadalquivir, y se toca arena al otro lado del río, a las puertas de Doñana. La fábrica de hielo que levantaran hace más de 60 años la cofradía sanluqueña de pescadores es el Centro de Recepción de Visitantes de Doñana. Allí está toda la información, además de muchas curiosidades y souvenirs, para permitirnos el lujo de abandonar por unas horas la provincia de Cádiz y casi tocar Huelva, tras cruzar en una barcaza de Cristóbal Anillo hasta la playa aledaña que da acceso a uno de los espacios naturales (Parque Nacional) más insólitos de España. Aparte de echar un día de playa, se organizan excursiones, Doñana adentro, en todoterreno. Toda una experiencia.
La Muralla junto a Puerto Sherry
Una coqueta playa de El Puerto, junto a Puerto Sherry, que combate bien el viento de Levante cuando sopla con fuerza en la costa gaditana. Tiene negocios hosteleros junto a la urbanización y, como pega, al no ser muy extensa, suele estar siempre un poco apretada de bañistas. Su horizonte es la Bahía de Cádiz y cuenta con todos los servicios de las playas urbanas de la provincia.
Eterna Caleta, ajena al Levante
Si hay una playa icónica en la provincia de Cádiz esa es La Caleta, en Cádiz capital. Fue puerto natural en el que fondearon barcos de fenicios, cartagineses y romanos junto al canal que separaba el archipiélago de las islas que conformaban la Cádiz trimilenaria. Es la playa de postal, el arenal recogido del casco antiguo gaditano, donde todo el año hay propios y extraños. "En su herradura de mar, arena y piedra ostionera, Fernando Quiñones creía ver un aleph borgiano, un lugar donde están contenidos todos los tiempos y lugares del orbe”.