El actor malagueño Antonio Banderas ha contado en una entrevista cómo vivió la difícil situación de tener un infarto, que por poco le cuesta la vida, en 2017. "Tengo la fortuna de superar un ataque al corazón".
En el programa Cuarto Milenio de Íker Jiménez, ha explicado que está vivo casi de casualidad. Un día le empezó a doler la cabeza después de ver un partido de fútbol con un amigo, en Londres. y "mi chica fue a por un analgésico. Lo único que tenían eran unas aspirinas".
Hizo además una pequeña compra, "un poco de agua, un pan, un poquito de jamón, lo que fuera. Y cuando fue a pagar, la niña que estaba en el cajero, le dice: 'Se le ha caído a usted aquello'. Y eran las aspirinas".
Un día más tarde, "yo hago mis ejercicios. Me estaba preparando un té y noto un dolor como lejano en ambos brazos. Y como había hecho un poquito de pesas, pensé que quizás me había pasado". Pero "de repente me empiezo a sentir mal, empiezo a sentir un sudor frío, me faltaba el aire, y la sensación de irse. Más que el pecho, fue un dolor profundo en las mandíbulas".
Entonces, "me tumbé en el suelo y traté de no dejarme ir. O sea, yo seguía respirando, pero mi chica inmediatamente agarró dos de aquellas aspirinas y me las metió debajo de la lengua y llamó inmediatamente a un ambulancia".
Poco después, "cuando ya me hicieron una intervención, el médico le dijo a mi chica: "Le ha salvado la vida, probablemente por las dos aspirinas que usted le metió debajo de la lengua. Las que se habían caído y la niña las vio".
La aspirina tiene un efecto anticoagulante, y, siempre bajo prescripción médica, puede favorecer a pacientes con riesgo de algún tipo de episodio cardiovascular. No es en ningún caso un remedio efectivo en todos los casos, ya que en ocasiones puede agravar la situación. Ante un caso así, lo primero que hay que hacer es llamar a los servicios sanitarios (061 en Andalucía) y pedir indicaciones.
Lo sobrenatural que pudo vivir Banderas
El actor también relató en Cuarto Milenio que una mujer "con traje de enfermera" se le acercó esa misma noche "y me hizo una pregunta muy rara". "¿Usted cree en la cultura popular?", le preguntó. "Le digo, sí, ¿por qué? Me dice, ¿por qué cree usted que la gente dice te amo con todo mi corazón? ¿Por qué no dicen te amo con todo mi cerebro? Que sería más lógico, ¿no? Pues no lo sé. Y dice ella, pues que el corazón no es solamente un órgano que manda oxígeno a todo su cuerpo. Es un almacén de sentimientos.Y usted va a estar muy triste en las próximas semanas y meses. Triste y sensible".
Esa advertencia marcó a Antonio Banderas al ver cómo se cumplía. "Esa señora se marchó, yo no la había visto antes, no la volví a ver después. Yo no considero eso una cosa sobrenatural. Aunque tú después ya me dijiste, esto suele pasar. Durante las dos o tres semanas siguientes, de repente yo escucho mucha música. Y bueno, se me salen unos lagrimones. Yo no soy nunca una persona llorona, para nada. O veía un cuadro y me considero un adicto a la belleza. Pues todo lo que era bello me hacía llorar".
"Cuando te colocas frente a la muerte, la vida cobra un valor extraordinario", remachaba Banderas en la entrevista.