Sin edulcorar se ha mantenido esta pasada semana del 6 al 12 de mayo en el segundo puesto de las más vistas de la plataforma de streaming Netflix. El largometraje con el que debuta el cómico Jerry Seinfeld ya fue primera en la semana de su estreno y se mantiene como una comedia familiar que está enganchando a millones de usuarios de la plataforma en España.
Lejos de lo habitual en Hollywood, se trata de una película con un toque absurdo y satírico propio del conocido humorista, a quien muchos no han dudado en despedazar por escribir, dirigir y protagonizar este largometraje que no ha terminado de funcionar en Estados Unidos y al que algunos críticos acusan de falta de chispa.
Junto a Melissa McCarthy como compañera al frente del reparto, la producción está inspirada en la historia real de dos magnates del cereal, los dueños de Kellog y Post, durante la década de los 60. Ambos empresarios intentan inventar un pastel que podría revolucionar el desayuno.
A partir de ahí, uno de los actores más ricos de Estados Unidos —por una sola serie de 173 episodios, desarrolla una trama excéntrica e hilarante que hará pasar 96 minutos de buen y entretenido cine.
El monologuista, que siempre ha confesado su devoción por los cereales, traza de alguna manera una autoficción como viaje a la infancia en la que en el fondo de un tazón de desayuno hay una dura pugna por hacerse con el desayuno más atractivo y nutritivo. El propio Seinfeld interpreta a un director de marketing de la compañía Kelloggs que trata de dar con el desayuno de los campeones.
Hugh Gran y Christian Slater son algunas de las apariciones estelares o cameos de la película, donde también se recrean hechos históricos que marcaron a Estados Unidos a mediados del siglo pasado.
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