El Festival de las Naciones arranca este sábado en Sevilla con el concierto acústico de Brenquette y una amplia oferta gastronómica de más de 50 países. El evento regresa a "su casa" en el Prado de San Sebastián de Sevilla a partir de este sábado a las 11.00 horas y hasta el próximo 1 de noviembre y, bajo un "innovador formato, más urbano y sostenible", introduce importantes novedades tanto en su organización como en su agenda cultural.
El pistoletazo de salida lo dará esta joven sudafricana, afincada en Menorca, ganadora de Top Star 21 tras interpretar un Aleluya que "no dejó indiferente a nadie" y que en palabras de Risto Mejide, miembro del jurado, "le hizo tocar el cielo" mientras que Isabel Pantoja la definía como "grande de la música nacional e internacional".
El objetivo es proporcionar "mayor seguridad y comodidad al visitante", así como "atraer a la ciudad, de forma continuada, una oferta cultural y gastronómica de mayor calado que fomente el ocio sostenible y la unión entre las diferentes culturas del mundo", ha recalcado el director del festival, Sergio Frenkel en la presentación del evento, que ha tenido lugar este viernes en la Fundación Cajasol.
Además de Frenkel, han asistido, entre otros, Mercedes Camacho, de Fundación Cajasol; el cantante Manu Tenorio y la concejal hispalense del Distrito Sur, Marisa Gómez, quien ha destacado el "especial significado" de esta edición del Festival de las Naciones, "cuyo éxito se traduce en un esfuerzo tremendo debido a la situación actual, que enseña a darle importancia y valor a las cosas".
Ha señalado que Sevilla "es una ciudad multicultural, abierta y diversa, y este festival permite viajar desde la capital hispalense a todo el mundo".
Entradas
La 27 edición del Festival de las Naciones contará con dos entradas bien diferenciadas, por avenida del Cid y avenida de Portugal, y cuatro puertas de salida que permitirán el mejor control del aforo y una mayor rotación del público asistente.
De lunes a viernes, a excepción de los festivos, las entradas serán gratuitas y los sábados y domingos se cobrará una entrada simbólica de dos euros que, a través de venta anticipada en la web del festival o bien en las taquillas, servirá para realizar un mayor control de la asistencia. Una parte de lo recaudado en la entrada se destinará a una causa solidaria al final del Festival y la otra a implementar de forma constante las medidas anti-Covid.
Así y a fin de proporcionar una estancia más segura, la muestra incrementa las medidas sanitarias vigentes e introduce cámaras de control de aforo en todo el perímetro, pantallas contabilizadoras en donde se podrá ver el número de personas presentes y triplica el personal de seguridad y control con 30 personas intercomunicadas y dedicadas en exclusivas al aforo interno.
El Festival de las Naciones, que reduce en un 20% los expositores presentes para ampliar el espacio, ha multiplicado por cinco las terrazas gastronómicas que pasan de los 180 metros cuadrados a los 700, en disposición delantera y trasera, para ofrecer más mesas y sillas y evitar aglomeraciones.
La oferta gastronómica continúa la línea de ediciones anteriores en donde el 50% de los países presentes son iberoamericanos, el 30% europeos y el diez por ciento restante lo conformarán países de Asia, Arabia y Sudáfrica.
Como otra de las novedades, el Festival apuesta por potenciar la gastronomía local y, además de la representación de distintas comunidades autónomas del país, se incrementa la presencia gastronómica andaluza y en donde Sevilla tendrá un papel clave. Además, el maridaje entre los grandes de la cocina nacional y el resto de países estará garantizado a través de distintos showcooking.
El recinto, totalmente tarimado para evitar el levantamiento de albero, dispondrá de calles más amplias para facilitar el tránsito del visitante. Un nuevo formato expositivo y gastronómico, más ordenado y cómodo, al que se suman importantes novedades técnicas en cuanto al sistema audiovisual se refiere; escenario con sonido regulado según el público presente y con pantallas acústicas traseras que evitan la fuga del sonido más allá de la propia zona de concierto.
La concejal de Distrito Sur ha reseñado "la importancia de la oferta gastronómica del festival, que va desde Cuba hasta Tailandia", así como "la amplia apuesta cultural, con decenas de artistas que han tenido que estar lejos de los escenarios durante la pandemia, que ha afectado terriblemente a la cultura".
Conciertos acústicos
La 27 edición del Festival de las Naciones ha realizado una apuesta por los conciertos acústicos a través de seis artistas estelares como Manu Tenorio, Navajita Platea, Brequette, Jorge González, Maíta Vende Cá, y tributos a nueve de "los grandes" del panorama musical nacional e internacional como Queen, Elvis Presley, Luis Miguel, ABBA, Alejandro Sanz, Manuel Carrasco o Miguel Bosé, Fito y Fitipaldis, entre otros. A estos tributos se unirán los realizados a la música de los 80 y 90.
El cantante Manu Tenorio ha apuntado que se encuentra "muy feliz de formar parte del cartel del certamen" y ha reivindicado "la vuelta a los conciertos y a la música en directo".
En esta línea, ha puesto de relieve que los artistas "han estado a la altura durante la pandemia, dando conciertos gratuitos en las redes sociales, así como colgando nueva música para hacer más ameno el confinamiento".
Ha resaltado que la industria musical "es como una pirámide", puesto que "después del artista hay mucha gente, desde compositores hasta arreglistas, que necesitan que la música en directo vuelva a funcionar".
A la música acústica y al recorrido por las grandes estrellas internacionales, que dotan al festival de ese carácter urbano y universal que lo vio nacer, se suma el "importante abrazo al talento local".
Durante estos 36 días pasarán por el escenario del Prado de San Sebastián diez grupos locales y 16 escuelas de baile que presentarán sus nuevos espectáculos. A ellos se les unirán artistas internacionales que celebrarán con música y danza los días temáticos, seis en total, de sus respectivos países: África y Asia, Cuba, México, Brasil, Argentina y también Andalucía.
El director del festival ha subrayado que se trata de "un lugar de intercambio y fusión musical que tiene como objetivo ahora más que nunca, apoyar a los artistas nacionales e internacionales", incidiendo en que la música y la danza, las fusiones musicales, son unas de las mejores herramientas de hermanamiento entre los pueblos".
Empleo local
El festival genera cerca de 500 empleos directos y casi 1.000 indirectos, la mayoría mano de obra local incluyendo a casi 100 artistas sevillanos. A ello se suma la ocupación de plazas hoteleras que realizan durante el mes los trabajadores y artistas presentes en este evento cultural.
Al volumen económico que genera hay que sumar la labor de concienciación social y ambiental que realiza a lo largo de sus ediciones en donde en materia de residuos colabora con Lipasam y en materia de agua con la Empresa de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla S.A. (Emasesa), a lo que se añade la labor social que realizan colaborando con entidades de apoyo a la infancia o pobreza.
Presente en la ciudad desde 1993, el Festival de las Naciones se ha convertido en "un indispensable" de la agenda cultural de la capital hispalense, llegando a concentrar un 40% de público extranjero y un 60% de Sevilla y provincia.
Como en cada edición, el Festival de las Naciones, en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla y la Fundación Cajasol, reconocerá la labor de aquellas personas, entidades y empresas en sus Premios Solidarios: Los premios solidarios, en su décimo octava edición, se entregarán al final del festival.