La llegada de los romanos a la provincia de Cádiz en el siglo I d. C. aún es palpable en muchas localidades, especialmente en los pueblos blancos. El enriquecimiento de esa Gades romana, gracias al comercio, atrajo la presencia romana a otros municipios, y fomentó el desarrollo de las comunicaciones terrestres con el resto de la península. De ahí las múltiples huellas de calzadas romanas que aún existen.
La huella del poder de esa Gades aún se deja ver en la ciudad y también en otros puntos de la provincia, pero es en los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz donde la creación de diferentes asentamientos, fruto de esa anciana prosperidad, ha dejado una conjunción única y espectacular de historia y naturaleza.
El primer punto imprescindible para visitar es el municipio de Arcos, ubicado al comienzo de la comarca de la Sierra. Allí, además de disfrutar de su incomparable gastronomía y de productos típicos como el bollo de Arcos, el visitante podrá ver un interesante conjunto de restos arqueológicos que datan de entre los siglos II a.C y IV d.C. Se trata del yacimiento de la Sierra de Aznar, en el Cerro del Moro, un lugar que además ofrece unas vistas únicas sobre la sierra.
Estas ruinas se componen de varios elementos, desde el punto de vista estructural. Por un lado, cuenta con un complejo sistema hidráulico, que servía para captar, limpiar y transportar agua y del que hay restos cerámicos y algunos mármoles. Además, se puede observar la muralla, una necrópolis compuesta por restos de al menos cinco mauselos, y cisternas externas al recinto.
La segunda parada está en las localidades de Espera y Bornos. Más cerca del segundo, a solo 1,8 kilómetros, se encuentra el espectacular yacimiento de Carissa Aurelia, que comenzó como un asentamiento y fue cobrando una importancia tal que terminó convirtiéndose en municipio dentro de la propia administración romana. Se distinguen diversas zonas, como la necrópolis, con su camino interno, y unos asentamientos fuera del recinto. Los restos fueron descubiertos entre 1985 y 1988 y son Bien de Interés Cultural.
Siempre es buena idea aprovechar esta visita a Carissa Aurelia para disfrutar de lo que ambos municipios ofrecen, como una ruta por las lagunas de Espera o el sendero del embalse de Bornos. Algunos de los hallazgos de Carissa Aurelia se encuentran en el Museo Arqueológico de Espera.
A tan solo seis kilómetros del casco histórico de Prado del Rey, se encuentran el yacimiento arqueológico y las salinas de Iptuci. Estas ruinas, que son los restos de un asentamiento de origen turdetano, datan del siglo II a.C. Y, a menos de 20 kilómetros de este municipio, es imprescindible visitar las ruinas de Ocuri, en el municipio de Ubrique. Por la elevación en la que se encuentra este yacimiento, los expertos piensan que podría haberse tratado de un municipio de gran relevancia en su día.
Precisamente un sendero que conecta Ubrique con la localidad de Benaocaz es un resto romano en sí mismo, pues por él discurre una calzada de esta época.
Para terminar, aunque no sea algo tan espectacular, quien tenga interés por las ruinas romanas tampoco puede perderse el Museo de Interpretación de la Villa Medieval de Zahara, que alberga algunos restos romanos, ni el conjunto de tumbas en forma de fosas ubicado en los aledaños de la Ermita del Almendral, en Puerto Serrano. En este mismo municipio también se encuentran los restos de una antigua villa romana, en El Chaparral.
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