Se acerca el puente de diciembre, uno de los picos de afluencia masiva de visitantes a Jerez. Solo la Feria del Caballo y el Mundial de Motociclismo atraen a más personas llegadas desde todos los puntos de España y parte del extranjero. En el centro, como si fuera Semana Santa, no hay quien ande, no se cabe, cuesta saludar. Y el hambre no perdona. ¿Dónde ir, qué hacer, a qué barrita acudir?
Es complicado, pero no imposible tanto un buen tapeo como un homenaje por derecho. Aquí van 10 recomendaciones para un tapeo con arte y o un almuerzo/cena sin pinchazos en el mismísimo núcleo irradiador de las Zambombas, esa revolución social, cultural y económica que sacude a la capital del sherry cada diciembre. Porque, parafraseando al popular villancico, los caminos se hicieron con agua, viento, frío... pero también con alguna parada técnica a unos cuantos kilómetros del río de Cartuja.
1. Las Banderillas
Dani García, que llegó a tener tres estrellas Michelin, ha flipado recientemente con los chicharrones de este tabanco gastro de estética taurina que todo lo que ofrece, tapas y raciones, sabe a gloria. Acodarse en su barra es un sueño, sentarse en una de sus meses en hora punta es imposible. Pidan el queso picante con un copazo de amontillado antes de tapear con rabo de toro, croquetas de la casa y uno de sus anetitos al oloroso. Un clásico del centro desde hace años. Y con razón.
2. La Cruz Blanca
Hace casi 20 años Encarnación Sañudo dejó Barcelona y abrió junto a su hijo, Miguel Tabernillas, el local donde se hallaba la antigua cervecería y marisquería del mismo nombre, en la ultracéntrica Plaza de la Yerba, para ofrecer “un concepto diferente” sin desatender a los clásicos de la cocina tradicional. Desde platos tradicionales, como un espectacular guiso de rabo de toro, a fusión de comida asiática, la Cruz Blanca es referencia por sus arroces y un buen sitio para comer por derecho en plena época de Zambombas. Eso sí, olvídense de pillar mesa (si no reservan con muchísima antelación) en los días festivos.
3. La Manzanilla
Otro must del centro de Jerez. Aquí los chicharrones también son dignos de hincarle el diente, pero por encima de todo está el tortillón que con su poquita de mahonesa sabe a gloria en cualquier rengue zambombero por las calles y plazas del corazón de Jerez. Buenos vinos y buenas conservas acompañan la oferta de este bar de toda la vida que bien merece una parada. Fernando Rojas López sigue la tradición de un sitio que abrió hace más de 80 años como despacho de vinos y hoy sigue la tradición del tapeo de Jerez.
4. El Molino
Me contó el dueño de El Molino que su carne mechada suele viajar hasta remotos puntos del extranjero. No es de extrañar. Junto con la ensaladilla de gambas es la estrella rutilante de este bar del Arroyo, pasando la Catedral y casi saliendo de intramuros. En las fechas señaladas está imposible, como todo el centro, pero en este caso de forma justificada, pues su carta es fresca y extensa, basada en guisos tradicionales y en un buen producto que sirven en raciones.
5. La Abacería de Cruz Vieja
En uno de los barrios con mayor tradición zambombera de Jerez se encuentra este bonito establecimiento, templo del cuchareo y la tapa que en estas fechas es otra de esas paradas imprescindibles para tener energía suficiente para patearse las calles del centro. Es tiempo de mosto y ajo campero, y en este sitio del centro, junto al monumento de Lola Flores, hay oportunidad de saborear esta fusión tan castiza. Algo que habría que probar al menos una vez en la vida si vienes de fuera.
6. El Trastero
Aunque puedas pensar que va a quedar a trasmano del cogollo del zambombeo, El Trastero está en plena calle Porvenir, céntrica y espaciosa, algo lejos del bullicio del núcleo duro. Eso hace aún más apetecible la escapadita al bar de Manuel Benítez. Cambió su ubicación de calle Pedro Alonso por un local más amplio que brinda la misma fórmula: guisos y buen producto de La Janda, con especial dedicación y entrega por el atún rojo de almadraba (el auténtico) y las carnes de la zona. Calidad-precio, inmejorable. Y con una generosa carta de vinos de la tierra.
7. Palique
En el antiguo Rody, desembocando en la plaza de La Asunción —uno de los grandes puntos de encuentro de las Zambombas de Jerez—, se encuentra Palique, un bar donde picotear con una generosa carta que va desde las puntillitas, las costillas de atún y la carrillada hasta una selección de hamburguesas. Por ubicarse donde se ubica, no será fácil alcanzar su barra, pero es un buen punto donde reponer fuerzas sin salirse del meollo de la cuestión.
8. La Tasquita de Aladro
Los hermanos Ramón y Eliseo Benítez, con larga experiencia hostelera pese a su juventud, abrieron hace unos años La Tasquita de Aladro, un rincón en el centro con hora del vermú y una filosofía que conecta la tradición con lo moderno. Y ahí siguen. En temporada alta en el centro de Jerez, la bonita plaza donde se encuentra este bar servirá de refugio gastronómico ante el mundanal ruido. Sus gildas me pirran, no las dejen pasar.
9. El Pasaje
Aquí no vas a tener una carta de cocina fusión o una innovación gastronómica de nivel, pero no se lo pierdan. El tabanco más antiguo de Jerez, camino del siglo, es la catedral del flamenco, vino, tapas del centro de la ciudad. La referencia ineludible que hay que pisar para decir: estuve en Jerez, y tú no. Flamenco en vivo con vinos de Bodegas Maestro Sierra y papeles de estraza con chacinas y salazones. Un alto en el camino cerca de todo para no perder puntada del aluvión de Zambombas que inundarán la vía pública del centro de la ciudad.
10. Flamenkana
Flamenkana es la sorprendente fusión de una abogada nigeriana que se ha estrenado en la cocina en Jerez. Platos africanos y bulerías, Helen Ocusi decidió cambiar su trabajo en el despacho por los fogones y ha sacado adelante su propio establecimiento hostelero en un rinconcito de la Alameda del Banco. Allí funde con éxito la comida de Nigeria, Senegal y Marruecos con actuaciones de flamenco, que en esta época tirarán seguro por la vía del repertorio de los villancicos aflamencados tan típicos en Jerez.
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