Se abrió hace un cuarto de siglo en una zona de Jerez que por esas fechas estaba en plena expansión. Los numerosos núcleos residenciales comenzaban a ser habitados a la vez que empezaron a asentarse negocios y servicios de diversa índole, entre ellos una cafetería y bar de copas que defendía de forma casi aislada la opción de ocio en la tarde y la noche en una zona nueva abierta a la aventura.
Alfredo Café y Copas echaba a andar hace casi 25 años y en el mismo sitio, la avenida Lola Flores. Esta marca no ha cedido a los vaivenes del tiempo y sus circunstancias, siempre ofreciendo la misma opción. Alfredo Carrasco inició este negocio convencido de que la fórmula sería la acertada. Y no erró porque cinco lustros después sigue en marcha y con una aceptación cuyo secreto, dice, “es mucho trabajo y dedicación. Y sobre todo estar muy atentos a cómo va evolucionando la hostelería en sí”.
“Hace casi 25 años que abrimos y lo hicimos con una carta que nos parecía especialmente innovadora y ahora, que todavía la guardo, veo esa carta y sería impensable abrir un negocio de tarde-noche, con esa oferta escueta y muy poco variada”.
Alfredo, como veterano en la hotelería, asevera que cuando abren nuevos negocios “nunca suelo desearle suerte. El éxito es trabajo, trabajo y trabajo. Cuando uno abre la puerta de un negocio, debe en todo momento escuchar y observar a su propia clientela. La hostelería cada vez es más evolutiva, está muy viva”.
"El éxito es trabajo, trabajo y trabajo. Cuando abre la puerta de un negocio, hay que escuchar y observar a la clientela"
La innovación es clave, “es lo que nos ha mantenido y nos sigue manteniendo porque Alfredo Café y Copas también es su repostería, todo lo relacionado con hacer una buena merienda”. Recuerda que al principio pocos le aventuraban un largo futuro “al no tener una cocina que sirviera tapas, pero nos hemos hecho fuerte en la merienda. Hemos ido innovando las tendencias, cada vez se van haciendo nuevas tartas, nuevas reposterías y la inclusión de gofres artesanos, crepes también artesanos, brownies, tortitas... hemos ido introduciendo cada vez más el helado en cualquier época del año”.
Otro pilar al que le achaca el éxito es al personal, los recursos humanos: “Un negocio puede ser muy bonito y la gente ir por lo confortable que es, pero cuando ha ido más de cuatro veces ya se le hace más común; lo que sí perdura es el servicio, la atención. En todo esto le tengo que agradecer mucho al equipo que siempre he tenido”.
Alfredo se enorgullece de que aún trabajan con él tres de los cuatro empleados que empezaron hace 25 años. “En los tiempos que corren es muy de resaltar que hemos mantenido el equipo humano que sigue dando ese cariño, ese buen servicio y la atención para que Alfredo Café Copas a día de hoy siga estando casi de moda”.
Al acceder al establecimiento, en este tiempo navideño, se lee un cartel que avisa que no celebran Zambombas, pero que sí tienen otras muchas cosas que ofrecer. Alfredo explica que pese a que las celebraban hace mucho tiempo, decidió dejar de hacerlas: “El centro de Jerez es muy bonito y la iluminación, llegado este tiempo, todavía lo hace mejor. Se hacen Zambombas populares en plazas y calles de Jerez con un atractivo incomparable. El centro de Jerez, durante la Navidad, es como ir a la feria, a la que vas, aparcas y te mueves por el recinto. Con la Navidad ocurre algo similar, llegar al centro, pasear y te vas a ir encontrando la fiesta y la Zambomba. Ese atractivo no lo tenemos los que estamos fuera de ese perímetro urbano”.
“El centro de Jerez es muy bonito en Navidad. Ese atractivo no lo tenemos los que estamos fuera de ese perímetro urbano”
En conclusión, la zona ‘temática navideña’ de Jerez “está en el centro y allí acude la gente. No hacemos Zambomba, pero estamos aquí para que, a la ida o a la vuelta, pueda tomarse un chocolatito calentito, para relajarse”.
Alfredo Carrasco es también presidente de la Asociación Hostelería de Jerez, que lo compagina con su trabajo. Reconoce que “no es fácil porque se le dedica mucho tiempo. ¿Que me gusta?, claro, si no no lo haría. Lo hago porque entiendo que la hostelería tiene mucha fuerza y podemos hacer muchas más cosas de las que se hacen. Me lo tomo como mi hobby, pero muy en serio, dedicándole gran parte de mi tiempo libre y mucho que le quito a mi negocio. Esto es igual que el que se compromete con una labor social o a cualquier otra actividad en su tiempo libre”.
El futuro de su establecimiento lo ve muy claro: estar donde está ahora mismo y sin ambiciones expansionistas, pero atento a seguir evolucionando conforme a los gustos de la clientela: “Ha habido momentos en los que me han llegado sugerencias de poder ir al centro y montar un Alfredo Café Copas, pero, insisto, no tengo ningún proyecto. Creo que lo más importante que tengo es el personal y si lo montamos en otro lado, la gente viene buscando esa atención que dedica mi personal, que al no ser el mismo al final la gente compara".
Concluye diciendo que “durante 25 años hemos tenido la oportunidad de poder reproducir la marca en otra zona de Jerez y siempre hemos decidido que no, que Alfredo Café Copas está aquí, es uno, y tiene su propia personalidad”.
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