Ángel León Lara fundó hace medio siglo, junto a Eddy Jean Paul, el Servicio de Hematología del Hospital de Jerez. Uno de los primeros en establecerse en España y que en todo este tiempo ha alcanzado grandes hitos. La alcaldesa de la ciudad, María José García-Pelayo, ha anunciado que León, natural de Andújar (Jaén), será reconocido próximamente como Hijo Adoptivo de Jerez.
Algo de científico revestido de chef tiene su hijo Ángel León (Jerez, 1977), que no se cansa de investigar y que hace algo más de tres años reveló al mundo su última gran aportación a la sociedad: el descubrimiento de la zostera marina como superalimento que se cocina como el arroz, un cereal que abunda en las tres cuartas partes del planeta. El agua, cree León, también puede ser campo de cultivo y hasta ingrediente culinario.
Casi 15 años después de su primera Estrella Michelin por Aponiente, el proyecto personal que asentó en un antiguo molino de mareas de El Puerto, León jr. acaba de sumar su sexta estrella, cada vez más cerca del récord de Martín Berasategui, que suma 12 repartidas en sus 15 locales. En proporción, Ángel supera al chef vasco, pues él cuenta con seis pero solo en dos restaurantes en la Bahía de Cádiz. Precisamente Alevante, que arrancó en el Meliá del Novo Sancti Petri, en 2016, como "hermano pequeño de Aponiente", se ha alzado en la última gala de la célebre guía de la marca de neumáticos con su segundo reconocimiento, que se suma a las tres estrellas Michelin y la estrella verde a la Sostenibilidad que exhiben los muros de Aponiente.
“Es emocionante que Alevante haya sido reconocido con dos estrellas Michelin. Hoy Alevante mantiene la esencia de Aponiente, pero poco a poco va tomando su propia forma de contar la gastronomía de la zona. Hemos ido cambiando y también nos hemos concentrado más en la experiencia que brindamos al que nos visita. Es precioso que los dos vientos más importantes de Cádiz, como el Levante y el Poniente, reúnan ya 2 y 3 estrellas, más una verde. Este galardón es un tributo al trabajo de Alan Iglesias, Cristian Rodríguez, Ricky García y todo el equipo que lo hace posible”, afirma Ángel León, en declaraciones recogidas por su equipo de comunicación.
Innovación constante
Al frente de la propuesta creativa diseñada por Ángel León se encuentran Alan Iglesias, contramaestre y mano derecha del chef, junto con Cristian Rodríguez, jefe de cocina de Alevante. Ambos lideran una cocina que apuesta, al igual exactamente que ocurre a unos kilómetros Bahía adentro, por la sostenibilidad y la innovación culinaria.
La experiencia se completa con la labor de Ricardo García, quien dirige la sala con maestría, y el sumiller gaditano Juan Carlos Hernández, encargado de la propuesta líquida, bajo la supervisión general de Carlos León.
Alevante ofrece a los comensales una experiencia gastronómica única, basada en técnicas innovadoras y un profundo respeto por el producto local. Desde el primer bocado, el restaurante transporta a los visitantes a un universo culinario que combina los sabores del mar con la tradición y la modernidad, destacando por su enfoque en la biodiversidad.
Ángel León comenzó sus estudios de cocina en la Taberna del Alabardero, en Sevilla. Tres años después se marchó a Francia, donde trabajó en el restaurante Le Chapon Fin, en Burdeos. Regresó a España a trabajar junto a Fernando Córdoba en el restaurante El Faro, para posteriormente hacerse cargo de La Casa del Temple, en Toledo. De allí, retornó a Cádiz para inaugurar su primer proyecto personal, Aponiente. Unos años después llegó Alevante en el Palacio de Sancti Petri a Gran Meliá Hotel 5*, un antiguo palacio neomudéjar en la costa de Cádiz. En su restaurante de El Puerto, el menú degustación cuesta 310 euros, mientras que en el de Chiclana, el gran menú Alevante asciende a 195 euros.
Desde entonces, periódicos como Wall Street Journal, que incluyó a Aponiente entre los diez mejores restaurantes de Europa,y el New York Times, que lo consideró uno de los "10 restaurantes del mundo por los que merece la pena tomar un avión", no han hecho más que acrecentar la fama de un hombre que lleva la ciencia y la alta cocina, la investigación y las estrellas Michelin, en la sangre. "Montamos una locura que vivía de que la gente se cogiera un avión para comer en un restaurante", reconoció a El País en plena pandemia, cuando se ocupó esos días de cocinar, bajo la ONG de su colega José Andrés, World Central Kitchen, para 400 personas sin recursos en su provincia de Cádiz. Un año antes había ganado el Premio a la sostenibilidad en la gala de la Estrellas Michelin. Entre otros reconocimientos, Medalla de Andalucía en 2014, y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2018.
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