Termina la Semana Santa y queremos compartir con todos vosotros una receta que en casa nos encanta, y que hemos cocinado en esta pasada semana, estos ricos buñuelos de bacalao. Os animamos a que los preparéis y sobre todo a que los degustéis, ¡os van a encantar!
Pero antes, y como acostumbramos, os contamos algunos detalles sobre el bacalao en tiempo de Cuaresma.
La Cuaresma y la Semana Santa son, sin lugar a dudas, dos fechas marcadas por la religión y por las tradiciones, especialmente las que guían nuestras costumbres gastronómicas. Durante “la penitencia y abstinencia” de los 40 días de la Cuaresma, se prohibía el consumo de carne los viernes, ni se permitía el Jueves y Viernes Santo, por lo que el pescado fue un buen sustituto. El elevado precio del pescado fresco y la imposibilidad de encontrarlo en zonas de interior hizo que el bacalao se convirtiera en el rey de las mesas. Y es que, el bacalao era el único pescado que podía conservarse secado y en salazón durante mucho tiempo, sin que perdiera sus cualidades.
Este exquisito bocado, que os traemos hoy, presenta una corteza dorada y crujiente, con un interior tierno muy sabroso, es una receta llena de tradición, de orígenes remotos e innumerables versiones. Los eruditos de la coquinaria aseguran que los buñuelos ya se consumían en la antigua Roma, pero los de bacalao son algo más jóvenes y podrían tener acento andaluz.
Dice la leyenda que fueron inventados en el siglo XIII, cuando el rey Fernando III sitió la ciudad de Sevilla. La escasez de alimentos empujó a la inventiva de los sevillanos, que echaron mano a los cargamentos de bacalao y a la harina que se guardaban en el puerto. Aderezaron el bacalao desmigado con harina, huevo, perejil y leche. El resultado de esa mezcla pasada por el aceite bien caliente de una sartén ha resistido guerras, pandemias y tormentas, y sigue siendo el protagonista de la cocina durante la Semana Santa.
Otras versiones indican que no fueron los sevillanos, sino los portugueses los que crearon esta delicia gastronómica. De hecho, la receta está ya incluida en el libro Arte di Cozinheiro e do Copeiro, cuya primera edición data del año 1839. Allí aparecen descritos como "pastéis de cabalhau" o "bolinhos de bacalhau".
Sin afán de disputas, lo que queda claro es que los buñuelos de bacalao tienen muchas versiones y que en la cocina española cumplen un papel fundamental. El mismísimo Cervantes los bautizó como “fruta de sartén”, denominación que adquiere la RAE para la definición del buñuelo: "Fruta de sartén que se hace de masa de harina bien batida y frita en aceite. Cuando se fríe se esponja y sale de varias formas y tamaños".
Y aquí tenéis ya la receta, que esperamos que os guste:
Ingredientes
- 200 gramos de bacalao desalado en migas
- 1 cebolleta
- 1 ramita de perejil
- 100 gramos de harina de maíz
- 150 mililitros de agua con gas
- ½ cucharaditas de levadura en polvo
- 1 huevo
- Varias hebras de azafrán
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación
Comenzamos picando bien fino el perejil y la cebolleta.
En un cuenco batimos el huevo y le agregamos el agua con gas, el perejil, la cebolleta, las migas de bacalao, la harina de maíz, la levadura y el azafrán. Removemos unos minutos hasta que desaparezcan los grumos.
Calentamos una sartén con aceite abundante y vertemos una cucharada de la mezcla para formar cada buñuelo. Vamos a freír unos minutos, hasta que se doren por ambos lados.
Los sacamos y los vamos poniendo en una bandeja con papel de cocina absorbente.
Y listos para servir a la mesa calentitos y disfrutar. Ya veréis qué ricos están. ¡Para no parar!
Ya sabéis que podéis encontrar más recetas tan ricas como esta en la hemeroteca de lavozdelsur.es y también en nuestro Blog www.aprendiendoacocinar.es
Feliz semana y que disfrutéis mucho cocinando y, por supuesto, comiendo.
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