Un mosto se conoce en Jerez como un establecimiento en plena campiña —también hay ejemplos en el interior del casco urbano— donde sirven principalmente jereces jóvenes —los primeros caldos tras la pasada vendimia del verano— y comidas típicas de la zona, como el ajo campero y la berza jerezana.
A partir de mediados de octubre y hasta bien entrado el invierno, es tradición entre muchos jerezanos y jerezanas acudir los fines de semana o festivos a estos mostos típicos, que abundan por toda la geografía del municipio. Busquen esa característica bandera roja a pie de carretera o travesía y sabrán que ahí hay mosto de primer nivel.
Aunque lógicamente, hay de todo. Con los años, algunos de los más auténticos mostos se han reconvertido casi, casi en ventas-restaurantes, si bien aún es posible encontrar en la campiña estas míticas casas de viña casi intactas por el paso del tiempo. Aquí van ocho de los mejores mostos de Jerez para este otoño-invierno:
La Carrandana
En la carretera de Trebujena, a la altura del Majuelo, sobre una loma, se divisa la viña jerezana desde la finca La Carrandana. Un peculiar mosto sin horarios ni carta del que aún es posible disfrutar. No esperen grandes mesas y manteles, solo acudan al lugar, pidan un vasito de mosto y disfruten de la original decoración y las vistas del pago Carrascal.
El Primilla
En Las Tablas, barriada rural en la carretera que va hacia Sanlúcar, se encuentra otro de los rincones más auténticos de la campiña. Mosto, ajo y tomate con sal en uno de esos no lugares mágicos que conviene visitar al menos una vez en la vida.
Mosto Añina
En la zona de Las Tablas, en el diseminado rural conocido como el pago de Añina se halla este mosto, tradicional y apeticible cuando comienza la temporada de otoño-invierno. El ajo y la berza son los protagonistas de su cocina.
Mosto Candelero
Borja Zaldívar y Raúl Agudo toman el testigo de las hermanas Barba, la familia que hasta el año pasado regentaba un negocio situado en la barriada rural de Las Tablas. En la entrada a la finca, un enorme cartel blanco anuncia el nombre del mosto. Y el año de creación de la viña que lo surte: 1871. "Es una de las más antiguas de Jerez", dice Borja orgulloso en este reportaje reciente en lavozdelsur.es. En la carta no falta, cómo no, el mosto —criado en la viña del mismo nombre situada en la misma finca—, ajo campero, berza, menudo, carrillá al oloroso o venado en salsa, pero también flamenquín, aneto o cachopo.
Mosto Domi
En el kilómetro 2 de la carretera de Trebujena se encuentra una de las banderas rojas más famosas de Jerez. El Mosto Domi, el más próximo al núcleo urbano, ofrece gran variedad de tapas y guisos tradicionales. Además, sus animales de granja hacen las delicias de los más pequeñas que, antes o después, acuden a visitarles mientras sus mayores brindan con los primeros vinos de la tierra.
Mosto El Corregidor Viejo
En la carretera de Morabita con carretera de Trebujena (Cañada del Moro), se encuentra este mosto reconvertido casi en restaurante temático. Sus amplios salones, con decoración tradicional, han hecho de este lugar una parada obligada para grandes reuniones en busca de ajo y mosto. Sus carnes ibéricas también son muy solicitadas.
Solana Chica
Esta casa de viña, en el pago Cantarranas, tiene un aire único y cuando llegan los primeros fríos se convierte en gran centro de reuniones de amigos y familias en torno al mosto que en ella misma se cría y a los guisos que preparan bajo reserva previa. Hay que jura y perjura que el mostito de la Solana Chica es el mejor del planeta. Como poco, habrá que probarlo.
Mosto Cerro del Arte
Si no sabes llegar al Cerro del Arte tienes un problema. Si conoces el camino, acabarás en uno de los sitios con más encanto de Jerez (y parte del mundo entero). El Cerro del Arte está hecho de eso, de mucho arte. Un lugar mágico y espontáneo donde el mosto corre por las mesas y la comida se comparte en comunidad. Ratos de cante y atardeceres que explotan con el mar de viñas jerezano. Un lujazo.
Comentarios