La Taberna D’Recogía es una iniciativa que verá luz en unos días, un bar que volverá a traer a Jerez el concepto de bar cofradiero, pero sin ser excluyente, es decir, abierto a todos. No obstante, la decoración, el ambiente e incluso el desarrollo de actividades relacionadas con el mundo de las cofradías, que se programarán mensualmente, pretenden convertir este espacio, situado en la barriada del Pelirón, en “un punto de encuentro entre cofrades que no solo sea tomar una copa o tapear, que también haya algo más”.
Así lo define su promotor, el cofrade Marcos Gómez, que en estos días está ultimando los detalles para su apertura el día 18: “Es un proyecto personal y lo lanzamos porque actualmente no existe ningún bar meramente cofrade en Jerez”. D’Recogía retrotrae aquellos establecimientos que existieron en Jerez en la década de los años 80 y los 90, que tuvieron una gran aceptación entre el público al que va dirigido y al que le gusta encontrarse con gente de su mismo ambiente, además de rodearse de elementos inherentes a la Semana Santa.
“En su momento fueron magníficos lugares de encuentro y tertulias de cofrades”, dice Gómez, para acentuar que ese es el espíritu que quiere recuperar, incluso tiene la idea de avanzar en ese concepto con la programación mensual de charlas, tertulias, exposiciones, “para que no sea solo un negocio, también un referente cultural cofrade”.
En cuanto a la oferta gastronómica, explica que el bar está enfocado al modelo de abacería, con conservas, salazones, croquetas, montaditos “y sobre todo un espacio que prestará una especial atención a los buenos vino de Jerez; queremos presumir de eso”. La elección de formato taberna o tabanco obedece a la pujanza que está teniendo este tipo de establecimientos en la ciudad, “que están de moda especialmente entre la gente joven, motivo por el que queremos adaptarnos a los nuevos gustos que creemos encajan perfectamente con nuestro público”.
Está situado en la Ronda del Pelirón, justamente en la esquina con la calle Batalla de la Ina, lugar donde tuvo su origen la Hermandad del Consuelo, una ubicación que no es causal, ya que obedece a la filiación cofrade del propietario, que es hermano mayor de esa cofradía del Miércoles Santo. Marcos Gómez señala otras ventajas de esa localización, “es un punto geográfico especial, está cerca del centro, fácil de llegar y con mucho aparcamiento”.
La taberna tiene unos 70 metros cuadrados. Nada más acceder se ve la palma rizada que llevó el san Juan del paso de Cristo Rey en su salida el Domingo de Ramos. En la decoración tiene especial presencia la túnica nazarena, fotos antiguas y como detalle, el zócalo del perímetro del bar, que lo remata un cíngulo de cáñamo, un guiño al hábito penitente.
“No es una decoración agobiante. Lo que se ha puesto tiene sentido”, dice, y entre los detalles destaca un programa de concierto de la Banda Municipal de Sevilla firmada por el compositor Pedro Morales, cuando fue director de esta formación y creador de marchas como Esperanza Macarena, Virgen de la Paz, Virgen de Montserrat…
También cuelgan los primeros bocetos de las primeras túnicas que se diseñaron para El Consuelo, una fotografía de Joca del año 69 con el paso antiguo del Señor de la Cena o una estampa totalmente diferente a lo que es hoy este misterio, entre otros elementos. El mobiliario es de mesas altas, taburetes y botas de vino, para enfatizar el protagonismo del jerez, que siempre se servirá en copas altas.
Comentarios