Para comer bien no hace falta hacer platos con esferificaciones e incorporar a más de tres texturas a la receta. Muestra de ello es la bodega andaluza El Pimpi, en Málaga, considerada por la web Taste Atlas como uno de los 150 mejores restaurantes del mundo.
Este emblemático lugar fue fundado en 1971 y es una de las bodegas con más solera de Málaga, donde es posible disfrutar de la gastronomía local y de los vinos de la tierra pero, sobre todo, de la tradición y cultura propias del sur de España.
Su nombre hace referencia a la figura del “Pimpi”, un personaje popular malagueño que ayudaba a las tripulaciones y pasajeros de los barcos que llegaban al puerto de la ciudad.
Sobre ella, la prestigiosa publicación internacional dice es “un centro de auténticos sabores españoles que alberga espectáculos de flamenco y exposiciones de arte”. Y recomiendan uno de los plazos andaluces por excelencia: la pringá.
“La pringa, un rico guiso de carne de cerdo, chorizo y morcilla, cocinado a fuego lento, es una verdadera delicia para los amantes de la carne. Los sabores ricos y profundos del plato y las texturas suculentas ejemplifican la tradición rústica y casera de la región”, dicen sobre el plato.