Reconozco que la denominación apócrifa es de mi amiga Silvia. Pero no puede ser más acertada, teniendo en cuenta esa ubicación imposible, entre polígono industrial y salida norte del núcleo urbano de Jerez. En la calle Minería está una nave reconvertida en restaurante oriental. Cerca de una nave de petardos, una gasolinera y la trasera del Mercadona, con sus correspondientes camionazos de carga y descarga. El Chino escondido, no me digan que no es bueno el sobrenombre una vez leída su ubicación, se ha revelado como uno de los grandes descubrimientos gastronómicos en este 2024 que ahora expira. No sé si tenía el listón bajo o que, directamente, nos tienen aburrididísimos tantos orientales con exceso de kimchi, wakame y sushis muy flojos. Por no hablar de esos nuevos falsos bufés horrendos.
En realidad, se llama Yuan Restaurante y es un asiático que, aparentemente, no deja de ser un neoasiático más: totum revolutum de carta y sabores que viajan en un maravilloso arco cromático desde Filipinas (no mejoran las lumpias del Mar-Ali) hasta Japón, pasando por China y Tailandia. Sin embargo, desde el trato y el servicio hasta la calidad de una carta tan amplia y heterogénea sorprende por su gran calidad. Hay dos pruebas irrefutables: cada vez es más difícil pillar mesa y las críticas en portales de tan dudosa fiabilidad como TripAdvisor son inmejorables: casi pleno de "excelentes".
Les recomiendo, si deciden probar, un espectáculo llamado berenjenas en salsa amarilla (acompañar de arroz blanco), ternera picante sichuan, cualquiera de los rollitos, el yakitori y el pato con albahaca estilo tailandesa. Hay que seguir explorando su carta durante 2025, confiando ciegamente en que tras el éxito el nivel no baje.
Y sin salirnos de la comida oriental, otro de los imprescindibles en el año que acaba ha sido, sin duda, Feng Shui. Aquí el tique aumenta frente al restaurante anterior, pero lógicamente también la especialización y la calidad. El teppanyaki, esa plancha donde Luis hace milagros, es la gran protagonista de un restaurante a camino entre Chiclana pueblo y La Barrosa.
Hace dos décadas que Zhenling Shi, Luis desde que llegó a España con 15 años, inauguró en Chiclana uno de los restaurantes orientales más prestigiosos de Andalucía, donde la materia prima busca el equilibrio con las esencias asiáticas. Gambones con salsa kimchi, pollo teppanyaki, un sushi y sashimi de primera... todo fresco y cocinado al instante, con un género que parte de proveedores locales tan afamados como Pescadería Ricardo.
Tras Feng Shui, llegan dos recomendaciones más en Chiclana: en La Barrosa, segunda pista, está D mi Cuba bar, un modesto local donde sirven una delicisosa comida 100x100 cubana a un gran precio-calidad. Alberto, su chef, prepara una ropavieja increíble, unas papitas habaneras con queso estupendas, y un lechón asado, con arroz congri y boniato que tampoco hay que dejar pasar. Tienen chicharritas y variedad de cócteles para disfrutar tras el suculento almuerzo. El mojito, claro está, manda aquí.
Cerca de allí se encuentra otro de los grandes recomendados tras este 2024: El Árbol Tapas. El restaurante de Mari Paz Flores y José Luis García ha cumplido cinco años en plena forma creativa, con gran servicio y calidad a la espalda de la segunda pista de la playa de La Barrosa. Imprescindible reservar para probar algunos de sus arroces, acompañados de ensaladilla de salmón y gambas, raviolis de rabo de toro y el muy demandado bocata de El Árbol (cruasán con foie asado, huevo frito, jamón ibérico y mayonesa de trufa).
En el centro de Conil está El Tascón de La Pasajera, un pequeño restaurante dentro de un bonito hotel marinero que sorprende en sus tapas y raciones, muy creativas y eclécticas. El atún rojo y la vaca retinta en sus respectivas temporadas altas, y la huerta conileña se trabajan a la perfección con otros sabores del mundo. Bacalao, piquillos y patata haselback, magret de pato, y un espectacular cachopo de retinto.
Vamos terminando esta lista de los mejores descubrimientos (o redescubrimientos) gastros de 2024 con Casa Paco, en Paterna de Rivera, en lo que se releva como un auténtico hallazgo culinario en la geografía provincial. Un modesto restaurante en la avenida principal de este pueblo de La Janda gaditana esconde una carta de auténtico nivelazo. Empezando por sus clásicas tagarninas paterneras (con salsa campera Cantinzano) hasta sus champiñones rellenos y su arroz con setas y carne de caza. Un espectáculo de cabo a rabo, incluyendo los postres.
Para cerrar, pudiendo claramente incluir en este recorrido el Flamenkana (cocina africana en el centro de Jerez), señalaremos Los Llanos, un restaurante dentro del hotel con apartamentos independientes, La Posada, que la red provincial Tugasa tiene en Villaluenga del Rosario. Una propuesta que confirma el increíble presente y futuro gastronómico que tiene la Sierra de Cádiz, que incluso este año se ha llevado estrella Michelin gracias al trabajo de Pedro Aguilera en Alcalá del Valle con Sabor Andaluz. Para una cena, nada como su sopa castellana y unos espárragos verdes con huevo escalfado. Si es para almorzar, algo más contundente: queso payoyo frito con mermelada de tomate; wok de setas con verduras de temporada; albóndigas caseras con salsa de almendras, o cualquiera de sus carnes de caza. Luego, caminata por los parajes de los Llanos del Republicano para bajar semejante ingesta.
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