"Costillares existen muchos, pero... ¿quién más te lo sirve tras haber sido ahumado durante más de 12 horas en leña de duelas de roble envinadas procedente de botas de vino de Jerez?". Es lo que proponen en El Chile Habanero, un restaurante que advierte que llevan el "mextizaje" hasta el infinito y más allá.
Nacido en plaza Vargas, posteriormente se trasladó a la avenida Voltaire y ahora se ha establecido definitivamente en lo que antiguamente fue el Asador de Burgos, en la calle de Guatemala (zona de Pie de Rey) y junto a la avenida Reina Sofía (antigua Nacional IV).

Los más de 400 metros cuadrados de local, que ha sido totalmente reformado y acondicionado durante los dos últimos meses, permitirán desarrollar toda la creatividad de su propietario, José Luis Pérez Santos, Kino. De esta manera, El Chile Habanero se dividirá en tres, aunando otras tantas propuestas gastronómicas de regiones de México. El comensal puede trasladarse hasta Los Cabos, en la baja California, donde con el nombre de Los Peces disfrutará de una cevichería y donde el marisco y el pescado serán los protagonistas en tostadas, aguachiles, tiraditos, tacos y torres de marisco. Aquí se produce, brindando con margarita helada, una fusión del producto de la Bahía de Cádiz (atún rojo de almadraba, corvina salvaje, langostino de Sanlúcar) con las técnicas de la cocina mexicana.
Hasta el nordeste de México viajan aquellos que quieren disfrutar de Monterrey Humo y Brasas, donde la estrella es la carne de vacuno de calidad importada directamente de Arkansas (EEUU). Aquí se saborean hamburguesas cocinadas en parrilla vasca, también alitas de pollo, costillas de cerdo, cochinillo o cabrito, cocinado al estilo de Monterrey en el horno de leña.
Por último, de la región de Yucatán está la taquería, renombrada como Quetzal, el famoso y mítico ave de la cultura maya. Con harina de maíz traída directamente de México se llevan a cabo las elaboraciones artesanales de tortillas y todos los platillos tan típicos del sureste del país.