Cocinar es un arte. Y como arte, se embarra de otras artes. En El Cuelgue de Santi Temblador, en la calle Valle de Sevilla, en Puerta Osario, hay artes de todo tipo, pero principalmente, callejero. Nacido en Jerez, su familia regentaba la pizzería Latinos, en calle Caracuel. Un currante de la hostelería que ha sido camarero, ayudante de cocina o empleado en hoteles hasta reconocer que llevaba "el gusanillo" de ponerse al frente de los fogones como chef. "Hasta que monté lo mío".
Y lo suyo es un local donde ha acuñado el término 'fine street food'. O dicho en castellano, buena cocina callejera. De todo el mundo, pero adaptado al producto y al paladar de aquí. El pan bao, pero con solomillo al whisky. Y sin remilgos para probar cosas nuevas, como un trampantojo de churros con chocolate, que en realidad son bacalao con salmorejo.
"El rollo de lo que queríamos montar aquí era una cocina macarra y gamberra, diferenciarnos". Lo ha plasmado también en un local decorado con muchísima personalidad. "La apuesta era que todo fuera nuestro, hasta el pan, y que llevara el alma". Un rollo industrial, callejero, de chapas, tablas de madera, "de humildad en el concepto gastronómico".
Una clave es el trabajo que hay detrás y ser sincero con uno mismo. "Lo que hay encarta es solo lo que yo comería. Por eso, no puedo recomendar, porque todo está bueno para mi paladar". Una carta con "lo que quiero comer", pero también "con lo que quiero pagar".
Es su forma de diferenciarse, explica, de locales de los grandes grupos, por un lado, y de la quinta gama, por otro. "Lo que no quiero nunca es que todo tenga el mismo sabor. Esa es la diferencia que quería, lo que tenía que hacer".
En la elaboración de carta, en este tiempo que lleva funcionando, desde finales de 2022, reconoce que funciona con el ensayo error. "Si algo no se pide, es por algo, las críticas las acepto bien y no tengo ego para decir que esto es la leche". Con apenas un año de recorrido, cree que "Sevilla nos ha acogido bien". Una ciudad "exigente". Y un logro: "Mi público es sevillano, que es el público que sabe bien lo que quiere".
'Entre fogones', rap y gastronomía
Un videoclip rapero fue una propuesta donde se involucró Santi Temblador. "Entre fogones, currando como campeones, cocinando con amor y con dolores de riñones".
En la carta, como buen jerezano, ha tirado de generosos, como los VORS de Sánchez Romate, pero también vinos orgánicos como el Campestral de Arcos de la Frontera, el Granza de Ribera del Duero o el rioja Marqués de Cáceres. "Todo ecológico, hecho a mano, como a mí me gusta".
Para ese otro público no tan sevillano, cuenta que está a punto de abrir un nuevo local, El Bao Colgao, en la cuesta del Rosario, al lado del Salvador. "Todo sobre panes chinos rellenos al vapor, que será un 'minicuelgue', con la misma estética pero sobrecargado de neones, estilo asiático y para llevar".
No es mal camino el que ha tomado Santi Temblador, donde con apenas un año desde su independencia total, donde ha hecho su proyecto a su propia medida, quiere más. No se lo pierdan.