El conocido local reabre tras dos meses cerrado al público por las obras de acondicionamiento de sus nuevas instalaciones.
Uno de los tabancos con más fama del centro, el Plateros, ha vuelto a abrir sus puertas después de dos meses cerrado al público. El establecimiento cambia la plaza que lo vio nacer por el número 35 de la calle Algarve, esquina con plaza de La Yerba, en el antiguo local que ocupó durante décadas Confecciones Anguita y, antes que este, una droguería.
Los propietarios del negocio, Luz Saldaña y Jaime Jiménez, han tenido que superar obstáculos de última hora que han obligado a retrasar la apertura del tabanco, que en principio estaba prevista para finales del pasado mes de octubre, pero la espera ha merecido la pena. El local, de dimensiones similares al anterior, destaca por su enorme ventanal, que facilita la entrada de luz natural, así como las columnas que daban nombre al primigenio establecimiento, cuyo letrero ha rescatado el Plateros. Además de las botas de vino, que no pueden faltar en ningún tabanco que se precie, destacan los tanques de cerveza que ahora lucen en la parte superior del local.
Por lo demás, el Plateros sigue ofreciendo, además de su extensa carta de vinos, una larga lista de tapas que ahora ha aumentado en cuanto a quesos, salazones y ahumados, además de añadir conservas en lata.
El local cuenta también con una primera planta, aunque la idea es que esta sólo se destine a actos privados y celebraciones, y terraza, una de las dudas que tenían sus parroquianos, que a eso de las dos de la tarde ya se agolpaban a la puerta del negocio para estrenarlo con una copa de jerez, por supuesto.
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