La belleza de los pueblos de Andalucía no es un secreto, cada vez el turismo internacional se enamora más de estos pequeños tesoros del sur. Destacan que hay más tranquilidad y está menos masificado, además los precios en los pueblos siempre son más bajos. Sin duda, los pueblos andaluces son un plan perfecto para desconectar la gente y conectar con la naturaleza y uno mismo.
Uno de los pueblos más bonitos de la comunidad autónoma y no tan conocido (hasta hace poco) se encuentra en Granada. La revista británica The Times ha elegido Pampeneira, un municipio en el corazón la Alpujarra granadina, como uno de los más bellos del mundo.
Esta preciosa localidad no sólo tiene la consideración de conjunto histórico-artístico sino que ha recibido galardones como el Primer Premio Provincial de Embellecimiento de Pueblos (1976) y, por dos veces (1977 y 1978), el Premio Nacional de Turismo de Embellecimiento y Mejora de los Pueblos Españoles.
Este municipio tiene una extensión de 18 kilómetros cuadrados (no más de 3 campos de fútbol) y una altitud de 1.000 metros sobre el nivel del mar. Aunque es pequeño y se recorre rápido, este pueblo es una verdadera joya y cada centímetro de él te sorprenderá.
Por no hablar de sus gastronomía alpujarreña, que combina la tradición morisca de las masas azucaradas y especiadas como los roscos fritos, bizcochos con frutos secos y las tortas, con otros platos y productos que se han convertido en referencias de la alimentación y tienen como denominador común al cerdo, como el jamón de Trevélez, el plato alpujarreño (un suculento combinado de patatas panadera, huevo, chorizo, morcilla, jamón y otros cortes de cerdo), las migas alpujarreñas, o el lomo de orza.
La artesanía tiene una gran tradición en el municipio y puedes ver sus arapas de colores brillantes penden en las calles principales de los pueblos aderezando el blanco brillante de las paredes encaladas. Pero si indagas en los pequeños comercios locales encontrarás que hay más tela que cortar: espartos, mieles, riquísimas mermeladas y chocolates, pan de higo con anís o sésamo, cerámicas, quesos y embutidos te permitirán regresar a casa con regalos especiales y únicos y, por qué no, harán que desees volver.
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