El sitio que enamoró a Keanu Reeves y en el que la mismísima Lola Flores fliparía con su cosmopolita oferta culinaria permanece cerrado. Hace ya semanas que acabó la temporada y no hay noticias de cuándo reabrirá uno de los mejores restaurantes de Jerez (y por extensión, de la provincia de Cádiz).
A los pies del monumento dedicado a La Farona, en pleno corazón del barrio jerezano de San Miguel, Atuvera mantiene un cartel de cerrado hasta nuevo aviso por fin de temporada. El arreón de este año fue enorme, especialmente en verano, y los responsables del establecimiento, cuya cocina está comandada por Pablo Lázaro, se han tomado un descanso.
Aunque a muchos sorprenda, no es nuevo. Ya en el pasado hubo otro parón y, en cambio, Atuvera regresó aún con más fuerza y una carta renovada gracias al tiempo que Lázaro estuvo en Asia, probando y trabajando en nuevos sabores y combinaciones que luego se han podido probar en las mesas del singular establecimiento jerezano, una gastrotaberna inspirada casi al cien por cien en su decoración en Lola Flores, pero cuya carta bebe de todas partes.
¿Será en la previa de la Navidad, con el Festival de Jerez, habrá que esperar al verano? Son muchos atuveralovers los que preguntan, pero la respuesta no se sabe. Una expectación a la altura de uno de los grandes de la gastronomía contemporánea en la ciudad.
Productazo de kilómetro cero —pescados y carnes— se funde con aromas y esencias asiáticas como la sriracha, la salsa hoisin y condimentos como el shichimi. Palabras hasta no hace tanto ajenas en la provincia y que, gracias a sitios como Atuvera, han acabado imponiéndose. Sus hits, como el pollo cornflakes que también empezaron a poner de moda en Cádiz, se echan de menos, pero también incorporaciones recientes como el nido de chipirones con ajoblanco salteados al wok. En fin, ya falta menos para que el local, regentado por Ángel Villaescusa con Lázaro en los fogones, vuelva.
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