Jerez se ha convertido en los últimos años en un crisol de culturas y en la gastronomía también se aprecia esta tendencia. En la calle Porvenir funciona Un toque hondureño, donde se puede probar la comida de este país centroamericano de la mano de Keslin, un catracho que llegó a España para establecerse en Barcelona y que ahora se ha quedado prendado de Jerez.
Desde su apertura en mayo de 2022, este restaurante ha logrado conquistar a un público diverso con su oferta de platos tradicionales de Honduras. El establecimiento ha consolidado su presencia en la ciudad, atrayendo tanto a la comunidad latina como a los jerezanos y turistas que buscan sabores auténticos y diferentes.

El propietario explica que la aceptación por parte del público jerezano ha sido muy positiva. “Todo jerezano que lo prueba, le gusta”, asegura. La clientela está compuesta principalmente por personas de origen latinoamericano, seguida de cerca por los jerezanos y, en menor medida, por extranjeros que visitan la ciudad.
La gastronomía hondureña, aunque comparte similitudes con otras cocinas centroamericanas como la mexicana, colombiana o salvadoreña, se distingue por sus sabores intensos y el uso de ingredientes como el maíz, el trigo, los frijoles, el arroz y el plátano verde, conocido en Honduras como guineo. "Manejamos el picante, pero lo servimos aparte para que cada comensal pueda ajustarlo a su gusto", detalla el propietario.

El restaurante, con capacidad para 50-60 personas y una terraza, abre de miércoles a domingo, tanto a mediodía como por la noche, siendo los fines de semana los días de mayor afluencia. Para garantizar una mejor experiencia, se recomienda reservar, ya que los platos se preparan al momento y algunos, como el pollo con tajadas, pueden tardar entre 20 y 25 minutos.
Entre los platos más solicitados destacan el pollo con tajadas, un plato que combina pollo frito con rodajas de plátano verde, repollo, verduras y cebolla curtida; las baleadas, una especie de tortilla de harina de trigo rellena de frijoles, crema, huevo y queso; y los tacos flauta, rollitos de tortilla de maíz rellenos de verduras y pollo, fritos y acompañados de salsa y queso.

El restaurante se ha convertido en un referente para quienes buscan probar algo diferente en Jerez. Su éxito no solo radica en la calidad de sus platos, sino también en su capacidad para adaptarse a los gustos de un público diverso, manteniendo siempre la autenticidad de la cocina hondureña.
Desde Barcelona hasta Jerez
El propietario, que llegó a Jerez tras vivir tres años en Barcelona, decidió establecerse en la ciudad por motivos familiares. “Mi hija vive aquí, y eso me trajo a Jerez”, explica. Aunque no se dedicaba exclusivamente a la hostelería en su país, su experiencia previa en el sector le ha permitido gestionar con éxito este proyecto. "Al principio tenías dudas sobre cómo iba a encajar este tipo de comida. Me ha costado, el primer año fue durísimo, tuve un par de meses complicados. Pero con el tiempo la gente fue probando la comida, le fue gustando y han seguido viniendo. Yo tengo clientes desde que aperturé".
También se pueden tomar alitas de pollo, los nuggets o salchipapas, pero esos platos "son universales, no son específicos de Honduras". También suena a conocido las enchiladas, que en este restaurante cuenta con "una base de maíz, pasada por aceite y luego le pones carne picada de cerdo y una ensalada de verduras, tomate y queso. También es de lo que más se vende", explica Keslin.