Si existe, probablemente esté en la vitrina de este rincón de Jerez. No hay dulce que se le resista a Dulcinea. No sabemos si a la del Toboso le gustaba acompañar el café por las tardes, pero a la de Jerez, le encanta. Amantes de la merienda se reúnen en este local que debe su nombre al personaje ficticio de la novela de Miguel de Cervantes. Un nombre de mujer que evoca al mundo de la dulcería y que alegra paladares de todo tipo.
Fueron dos socios jerezanos los que abrieron hace tres años este lugar a las afueras del centro. Uno de ellos era empresario y ya regentaba locales conocidos en la ciudad mientras que el otro, se sumaba por primera vez a una aventura como esta. Sin embargo, decidieron bajarse del carro y darle el relevo a los actuales dueños, Mila Ramírez Peña y Daniel Rodríguez Martínez, una pareja joven, de 29 y 28 años que en mayo de 2022 se puso al frente del negocio.
“Nos enteramos que de iban a traspasarlo y vimos que era una buena oportunidad. Antes de tomar la decisión estuvimos un tiempo visitándolo y vimos que tenia un publico amplio, lo estudiamos y nos arriesgamos”, explica Mila que junto a su pareja salvaron este establecimiento que ya habían engatusado a muchas personas.
Más de uno se hubiera lleva un disgusto si estos jóvenes no llegan a sacar adelante a Dulcinea, el primer local que regentan juntos. “Es la primera vez que nos metemos en este mundo. Mi pareja si tiene más negocios de hostelería pero están dedicados a las copas y a la noche”, cuenta la jerezana a lavozdelsur.es.
Con ilusión, cogieron las riendas manteniendo el concepto inicial y sin realizar cambios en la decoración. “Creemos que llama la atención y la hemos dejado tal cual”, comenta. El color rosa predomina en el salón de este lugar en cuyas mesas se pueden ver desde mini roscones de reyes, palmeras, tocino de cielo o tarta de turrón Jijona, hasta granizadas de kiwi.
En Dulcinea, “muy llamativa y muy rosa”, unos diez trabajadores se encargan de servir todo tipo de productos como brownies, turrones, copas de helado o cake pops. Mila destaca las “elaboraciones propias” que preparan en sus cocinas con mucho mimo. La variedad de su carta abruma por lo que no es apto para indecisos.
“Hacemos productos grandes para compartir o para tomarse un capricho”, detalla Mila frente a una vitrina con “innumerables” toppings y siropes. Lotus, chocolate blanco, Nutella, Kinder… todos expuestos para que los clientes puedan verlos y eligir cuáles degustará en gofres, creps y tortitas.
"Hay muchas opciones para elegir"
“Son los que más se piden y se hacen al momento”, explica la pareja, que, desde que llegó, ha incorporado un producto que se está convirtiendo en la estrella de la casa. La novedad son lo que conocen como “superbombas” que se pueden personalizar al gusto tanto en el relleno como en la cobertura. Así los bocados pueden ser de Lotus, de Oreo, de Happy Hippo y de todos los sabores de toppings y siropes que haya en la vitrina.
“Creo que es el sitio ideal para las personas a las que les gusta el dulce porque hay muchas opciones para elegir”, añade la jerezana.
A las bombas se suman los helados, los smoothies de frutas naturales, las granizadas y, para aquellas personas que prefieran salado, croissants, creps o sandwich mixto. Dulcinea no solo ha enamorado a Don Quijote sino a muchos vecinos que no se saltan la merienda. Ya cuenta con un público fiel que acude junto a los curiosos que descubren el lugar.
“Cuando llegamos ya tenía un público bastante amplio y eso es de agradecer porque no hemos tenido que empezar de cero. Hay gente que viene mínimo una vez a la semana y algunos vecinos del bloque vienen todos los días”, comenta Mila.
Los batidos helados ya están listos, algunos ya están dando una alegría para el cuerpo.
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