El hotel Las Truchas ha sido testigo silencioso de la evolución que el turismo ha experimentado en El Bosque. Hace 52 años, en 1971, fue inaugurado este pequeño y coqueto espacio que se ubica justo a la entrada del pueblo, a escasos metros de la piscifactoría —de ahí su nombre— y el Jardín Botánico.
Lugar de paso para acceder a la ruta del río Majaceite, Las Truchas vivió un éxito rotundo desde el primer momento, convirtiéndose en un lugar ideal para que los senderistas pasaran la noche. Con el tiempo la oferta inicial de este espacio fue evolucionando y pasó de ser principalmente un lugar para dormir a disponer de todo tipo de servicios para que la estancia de los huéspedes fuera de lo más placentera.
Lo que sí ha permanecido prácticamente inalterada es su estructura. "El arquitecto hizo un trabajo sensacional porque no ha sido necesario cambiar nada a pesar de las reformas que hemos llevado a cabo", afirma a lavozdelsur.es Rosa Salguero, la delegada del hotel.
Las obras se han ido llevando a cabo en distintas etapas y, entre ellas, pueden destacarse la ampliación de la cafetería o la creación de un salón de reuniones ubicado junto a la entrada, en un espacio donde antes había un patio interior. "Lo único que tuvimos que hacer fue poner los ventanales porque el techo estaba intacto, no hizo falta tocar nada", insiste.
El hotel Las Truchas pertenece a la empresa turística Tugasa, que depende directamente de la Diputación de Cádiz. Es la entidad provincial la que dota de partidas económicas a este establecimiento hotelero para llevar a cabo sus reformas. "Se han llevado a cabo varias ampliaciones y reformas y ahora han aprobado un presupuesto para cambiar la decoración. Nos miman bastante", indica Rosa.
El estilo es completamente rústico pero a su vez coqueto y recatado. Justo al entrar está el mostrador de recepción. Hecho de madera, cuenta con un llamador de manivela, un artículo que probablemente los más jóvenes no habrán visto nunca. Es un buen ejemplo de lo bien que se conserva no solo el edificio, sino también el mobiliario que está en su interior.
Aun así, la mezcla de lo tradicional y lo moderno es absoluta. Al fondo del pasillo se encuentra el salón principal, recién decorado, que cuenta con varios sillones que rodean una gran mesa baja y que se sitúan frente a la chimenea. Con la cafetería a la espalda es un lugar perfecto para disfrutar de algo caliente mientras se ve la lluvia a través de las cristaleras que dan salida a la terraza.
Porque si el tiempo acompaña es posible salir y sentarse al aire libre para disfrutar de unas inmejorables vistas del pueblo y de toda la sierra. "Este es mi sitio favorito del hotel", asegura Rosa. Algo completamente entendible cuando te asomas a la barandilla y te quedas embobado mirando el paisaje que lo rodea.
También disponen de un restaurante magníficamente equipado y muy amplio, con capacidad para 80 personas, en el que sirven todo tipo de platos calientes, dejando un hueco especial en la carta a las carnes de caza y de temporada. A este establecimiento, por cierto, se puede acudir sin necesidad de estar hospedándose en el hotel y se mueve en una horquilla de precios de entre 19 y 38 euros por persona.
"Hay personas que viajan mucho y agradecen este toque personal"
Al principio el hotel Las Truchas contaba con ocho habitaciones y hoy en día ya suma 26. Casi todas son dobles con cama de matrimonio pero disponen también de habitaciones triples y tres suites junior provistas de todo lo necesario "para que sean como miniapartamentos". Pese a que las zonas comunes mantienen un estilo clásico las privadas están perfectamente adaptadas a las nuevas tecnologías y cuentan con televisión de última generación, sistema de calefacción y aire acondicionado.
Además, la nueva dirección comercial ha decidido tener "pequeños detalles" con los clientes dejando a los huéspedes bombones, botellas de agua o habilitando un minibar en cada habitación. La idea es estar muy encima de ellos y hacerles sentir como en casa.
"Es cierto que hay quien se siente un poco agobiado y prefiere ir más por libre, pero por lo general a los clientes les gusta que les cuidemos", afirma Rosa. Al final en un establecimiento hotelero humilde y recogido como este es habitual que muchas personas repitan no una ni dos, sino varias veces y, como reconoce la delegada del complejo, "es normal que acabemos haciendo amistad con ellos".
Precisamente este aspecto es algo que Rosa desea remarcar, comentando que "hay clientes que vienen aquí porque nos conocen y tratan directamente con nosotros. Incluso personas que viajan mucho y agradecen este toque personal". Como ejemplo cuenta que durante varios años el equipo ciclista de la ONCE venía todos los años en enero para hacer la pretemporada en El Bosque y se hospedaba en Las Truchas. "Yo les preguntaba por qué venían aquí teniendo tantos hoteles disponibles en España y me respondían que estaban como en su casa, muy cómodos. Al final es un rasgo por nuestra parte que fideliza clientes", dice la delegada.
Afluencia de turistas los 365 días del año
Pese a lo que se pueda pensar, a pesar de estar en plena sierra de Cádiz El Bosque cuenta con una afluencia turística muy elevada durante todo el año y lógicamente los negocios que viven de ello lo aprovechan.
"Nuestra clientela es de lo más variada. En invierno vienen los que quieren hacer senderismo o disfrutar de las vistas pero en verano acogemos a los ciudadanos de El Puerto, Cádiz, Chiclana, Chipiona... que huyen de la masificación".
Durante la época estival la principal procedencia de los turistas es la provincia gaditana mientras que en otoño e invierno a estos se suman también los sevillanos, si bien suelen contar también con un buen número de reservas procedentes del resto de Andalucía.
Pero no solo viven de las grandes épocas turísticas, ya que los fines de semana suelen registrar el 100% de la ocupación y entre semana rondan el 50%, principalmente por los trabajadores de poblaciones cercanas como Ubrique o Puerto Serrano que buscan un lugar donde dormir hasta que concluya su semana laboral y puedan volver a sus casas.
Eso sí, aunque El Bosque es un municipio con un potencial turístico muy alto y Las Truchas saca una importante tajada de esto siguen viendo un importante nicho de mercado por impulsar, el del turismo internacional. "Somos un destino preferente dentro de la provincia e incluso de Andalucía, pero todavía no se nos conoce lo suficiente en el extranjero", lamenta Rosa.
A este respecto valora positivamente las propuestas municipales para organizar determinados eventos como el Festival ochentero, la feria del cochino o la Ruta de la tapa para visibilizar aún más al municipio y ponerlo en el mapa no solo de los viajeros andaluces sino también de los foráneos.
Incluso ellos mismos se esfuerzan en en poner al alcance del público los mejores servicios, llegando a estar disponibles para realizar grandes celebraciones e incluso para acoger a grupos muy voluminosos. No sería la primera vez que nos alquilan el hotel entero y están aquí como en su casa. Al final es un lugar muy acogedor. Ellos celebran aquí sus fiestas y disponen de la cafetería, con la chimenea... está genial".
A lo largo de 50 años de historia el hotel Las Truchas ha mantenido su esencia y piensa seguir haciéndolo. La forma en la que han estado trabajando todo este tiempo les ha funcionado a la perfección y han acabado convirtiéndose en un referente turístico en El Bosque. Los años pasan y los responsables y trabajadores del complejo irán entrando y saliendo pero todos seguirán poniendo su granito de arena para hacer que la estancia de los huéspedes sea lo más agradable posible en este lugar privilegiado de la sierra de Cádiz.
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