Una apertura en la calle Arcos de Jerez que está siendo la sensación del barrio de San Pedro, conocido por los más mayores como La Albarizuela. Vecinos y turistas acuden al local del que fuera el histórico y popular Bar Bolilla para degustar manjares del mar y de la sierra de la mano de un empleado de la construcción que se ha aventurado a hacer sus pinitos en el mundo de la hostelería.
"Mi familia es pescaera, y a raíz de un comentario de mi primo Felipe qué a ver si buscaba un local, me dio por entrar en el negocio", comenta a lavozdelsur.es Momo, dueño de esta marisquería, que ya puede calificarse como popular pese a llevar solo unos meses abierta. El restaurante, con sillas, mesas y una decoración típica de barrio, tiene prevista una ampliación hacia el interior con un salón más, con objeto de dar respuesta a la alta demanda.
Momo, que ha sido partícipe de la rehabilitación y construcción de muchos de los inmuebles que están en esta céntrica calle, está muy contento del paso hacia adelante que ha dado a sus 49 años. "He trabajado en las obras de esos apartamentos turísticos que están ahí al lado; un día pensé en la oportunidad de montar una marisquería viendo que podría haber clientes por lo que se está moviendo, me lancé y la monté", explica.
El pescado, que viene fresco y a diario de la plaza de Abastos de Jerez, es el secreto del bar. "Uno de mis familiares, el Flores, tiene un puesto y de ahí viene todo el pescado que tenemos", comenta. Caso diferente es el marisco, que compra a un tío suyo proveniente de Galicia. "Me trae todas las cosas de allí, desde las zamburiñas, las navajas hasta las bocas y las patas", dice.
Sobre los guisos, aclara que se hacen viernes y fines de semana, si bien algún martes entre semana "se mete alguno". "Ahora tenemos arroz con bogavante", dice mientras hace referencia al maestro de la cocina, Carri, un perlitero de profesión que se ha llevado más de doce años trabajando en una conocida peña flamenca de la ciudad. "Hacía todos los guisos y todo el pescaíto frito; siempre le ha gustado mucho la cocina", explica mientras enumera sus tapas y platos, que por encima de todo son asequibles, de cocina de siempre y para todos los públicos.
"Esto es lo que le gusta a la gente"
En su carta, también hay gildas con anchoas del cantábrico como aperitivo, mejillones, jamón ibérico, ensaladilla, papas aliñas y papas alioli, así como pescadilla frita, choco, cazón, cañaíllas, nécoras o cigalas. Mención aparte tiene sus chicharrones, elaborados en la casa y que reciben muy buenas críticas por parte de sus clientes.
"Te recomiendo la sopita de tomate o los fideitos con almejas", dice, aclarando que ponen también "tapitas a euro", ya que "todo el mundo tiene derecho a venirse un platito de comida y de degustación". La acogida es un éxito, y Momo no diferencia entre jerezanos y turistas. "Aquí viene gente de todos lados, vienen muchos turistas y el barrio también está muy contento, porque antes estaba el Bolilla y es una alegría que hayamos abierto aquí en el mismo sitio", comenta.
Con una idea en mente que recuerda a las típicas marisquerías y bares de tapas y pescado fresco de Sevilla, Momo cree que es el momento del centro de Jerez. "Esto es lo que le gusta a la gente; ahora queremos poner mesas y banquetas altas", dice, siempre primando que el cliente pase un buen rato entre conocidos, amigos o familiares. Un bar de barrio con un género de primera calidad que quiere dar una vuelta a lo de siempre entre tanto neonatos de la hostelería local.
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