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Desde el siglo XIX, como sucedió con otros géneros musicales basados en el cancionero popular, Andalucía le transfirió a los villancicos su propia sangre mestiza, su propio ADN flamenco.
Villancicos por verdiales en la Sierra de Málaga, hogueras y desfiles de Campanilleros en Almonaster la Real (Huelva) y Pozoblanco (Córdoba), coplas de Nochebuena por bulerías de Jerez, villancicos por tangos en Sevilla y Granada, las cuadrillas almerienses de los auroros y los aguilanderos…
Desde El Gloria en los espectáculos flamencos de los tablaos en los años 20 del siglo pasado hasta el progresivo boom de la Zambomba, un auténtico reclamo turístico a nivel nacional, la música y las llamadas letrillas del Niño Dios que resuenan en los espacios públicos y privados son una parte esencial para entender e impregnarse de la Navidad andaluza.
Y si lo musical aporta un sello esencial para entender estas fechas señaladas en Andalucía, no lo son menos otras tradiciones navideñas con carácter muy particular como el belenismo andaluz (declarado Bien de Interés Cultural desde hace escasas fechas), los dulces típicos de estas fiestas (muchos de ellos derivados del pasado andalusí de esta tierra, como pestiños y alfajores), y el alumbrado navideño.
En Puente Genil, el segundo pueblo de España en contar con luz eléctrica, nació Iluminaciones Ximénez, la empresa de decoración lumínica que alumbra la Navidad en las calles de medio mundo.
En Rute, Córdoba, está el Belén de Chocolate más grande del mundo, mientras que en Higuera de la Sierra (Huelva) se celebra desde 1918 la cabalgata de Reyes más antigua de Andalucía y la segunda más longeva España. En este pueblo onubense hay un Museo de la Cabalgata de Reyes Magos, mientras que en Jerez está abierto todo el año el Museo del Belén, un espacio en un casco de bodega rehabilitado donde puede verse la maestría y el alto grado de detallismo del belenismo andaluz.
De Beas (Huelva) a Sanlúcar la Mayor (Sevilla), pasando por Arcos (en la Sierra de Cádiz) y San Roque (en el Campo de Gibraltar), los nacimientos no son solo cosa de miniaturas y dioramas, pues también está muy extendida la tradición de los Belenes Vivientes. Escenas cuidadas al detalle donde a menudo se vuelca todo un pueblo y que atraen cada año a miles y miles de visitantes antes de Nochebuena. A medianoche del 24 al 25 de diciembre, la Misa del Gallo sigue siendo una tradición muy arraigada en muchos puntos de la comunidad, recordando el sentido más religioso y espiritual de este momento del año. “Andalucía, pagana y religiosa, acostumbrada a las aras de dioses sucesivos, tiene unas cuantas cosas claras: una de ellas es que, cuando nace un niño, nace el mundo, y si ese niño es Dios, todos nacemos. Mezclados, payos y gitanos, ricos y pobres, porque ante el enigma de un Dios en un establo los más opuestos extremos se funden y unifican”, escribía Antonio Gala sobre el sentido de la Navidad andaluza.
Ya pasado el fin de año, la Nochevieja andaluza que suele derivar en reencuentros familiares, mariscadas y buenas viandas en las mesas, doce uvas, cotillones y fiesta en la calle ya entrado el Año Nuevo, encara la recta final de este tiempo tan especial. El Año Nuevo, como en Almuñécar (Granada), puede servir para un purificador baño de agua helada en las costas andaluzas, ya sea en la que baña el Mediterráneo o en la que rompe el Atlántico. Desde ese instante, dan comienzo unos días más volcados en los preparativos de la tarde del 5 de enero, más centrados en los pequeños, donde no hay pueblo o barriada rural en Andalucía que se quede sin su cabalgata de Reyes Magos.
Carrozas, vecinos encarnando a sus Majestades de Oriente, lluvia de caramelos… y de un tiempo a esta parte, incluso otro tipo de lanzamiento de regalos que se elevan a la mojama de Barbate o a los loncheados de jamón ibérico. La cabalgata viviente de la localidad sevillana de Guillena, el auto sacramental de los Reyes Magos en la malagueña Benarrabá y el arrastre de latas, una tradición que Algeciras celebra desde 1900 para llamar la atención de los Magos de Oriente en la mañana del 5 de enero, son algunos de los eventos más singulares estos días en la región.
Ya en la noche de vísperas del Día de Reyes, 6 de enero, hay que ir pronto a la cama y, previamente, preparar convenientemente el avituallamiento para cuando hagan entrada por sorpresa en los hogares andaluces duran te la madrugada Melchor, Gaspar y Baltasar: una copita de vino de Jerez y algún mantecado de Estepa. Hasta para eso Andalucía prepara, entiende y siente su Navidad de manera única en el mundo.