Cuatro hectáreas de cultivos, tratadas al barbecho, a orillas del río Guadalete son la fuente de donde nace un producto artesano que desde su llegada al producto artesano que desde su llegada al mercado ha enriquecido todo tipo de propuestas gastronómicas. Se trata de Salsas Cantizano, una marca que nació hace más de una década elaboradas en Paterna de Rivera, pero cuya materia prima se localiza en La Barca de La Florida.
Juan Antonio Cantizano, jerezano, e Isabel María Pérez, paternera tuvieron la idea de crear estas salsas artesanales: “Tenía un pequeño huerto que me servía de relax, para entretenerme y coger tomates. Con ellos fabricaba algunos tipos de salsas para mi casa y un día mi mujer me preguntó, oye, ¿si esto lo vendiéramos, cuánto valdría?”
En ese instante lo vio claro y se lanzaron a esta aventura que a día de hoy se ha internacionalizado. Todas las hortalizas con las que se preparan las salsas son recolectadas en el día, se trasladan a Paterna, donde se encuentra la fábrica en la que se trocean y se mezclan con el resto de ingredientes.
Entre sus salsas destacan la campera, “muy parecida al mojo picón”, y el pichichurri que es la versión gaditana del chimichurri argentino pero hecha con productos como el aceite de oliva de la Sierra, vinagre de Jerez y sal de la Bahía.
De espárragos, de calabaza, de berenjenas o de tagarninas, son otras de sus estrellas al ser la única conserva vegetal de Andalucía que tiene una medalla de oro. “Tenemos seis patés, el picapiquillo, que está funcionando a tope en Estados Unidos”.
El equipo de Salsas Cantizano envía pedidos de todo tipo a Holanda, Lituania, Estados Unidos o Singapur. Algunas recetas de salsas se enriquecen. Como ejemplo, a la de berenjena conqueso fresco y miel, la de calabaza con cebolla frita y queso.