En julio de 2022 abrió en el Parque Atlántico de Jerez el bar El Rinconcito. Se trata de la materialización del sueño de Antonio José Pinto, un joven de 25 años que quería probarse a sí mismo como dueño de un establecimiento hostelero. "Siempre había querido hacerlo y como iba a ser papá decidí no posponerlo más porque cuando naciera mi hija mis gastos iban a aumentar de forma considerable", explica a lavozdelsur.es.
Él estaba trabajando en el restaurante Hontoria Garden, comenzando como camarero y ascendiendo a encargado de personal, pero algo dentro de él le pedía lanzarse a la aventura de emprender en su propio negocio. "Las circustancias se dieron así. En mayo comencé a buscar un local y dos meses después ya estábamos abiertos", recuerda.
Este hostelero jerezano se hizo con un establecimiento en la calle Túnez que durante un breve período de tiempo había acogido un restaurante mexicano, si bien por distintas desavenencias con los vecinos acabó cerrando. "A nuestra llegada nos encontramos un lugar que llevaba más de un año cerrado. Tuvimos que arreglar bastantes cosas y ganarnos al vecindario", remarca Antonio José.
De este modo comenzaron a trabajar a destajo para poder abrir cuanto antes y así lo hicieron. Los comienzos nunca son fáciles y menos cuando la plantilla tiene que adaptarse a un trabajo que nunca han desempeñado. Porque, aunque Antonio sí tenía experiencia previa en el sector, junto a él comenzaron a trabajar su padre, Juan Carlos, y su sobrino, Miguel, que no contaban con conocimientos previos, "aunque se adaptaron muy bien".
Ahora, a pocos meses de cumplir su primer años, Antonio echa la vista atrás y reconoce que "hemos tenido altibajos". Desde su apertura se han sucedido meses más propicios a captar clientes y otros en los que el frío y el mal tiempo no acompañaban. A pesar de esto han aguantado el chaparrón y sacan conclusiones positivas. "Poco a poco hemos ido haciéndonos un hueco, atrayendo clientes y asentándonos en la zona", indica.
Precios económicos y una terraza envidiable, sus armas contra la competencia
Ahora también se ha sumado al proyecto Lorena, la hermana de Antonio. Entre estas cuatro personas están llevando adelante este concepto de bar familiar dirigido especialmente a grupos en el que buscan "el ahorro que hoy en día no hay". Al común de la ciudadanía le está afectando la crisis económica y el objetivo de este joven empresario es ofrecerles un lugar "en el que puedan tomarse una tapa o una cerveza sin sufrir por lo que se gastan". Por este motivo todo lo que tienen en carta cuesta entre 1,50 y 3 euros.
A nadie se le escapa que actualmente los precios son prohibitivos, pero también es una realidad que tras dos años de auténtico calvario la maldita pandemia ha desaparecido y la gente quiere disfrutar el tiempo perdido saliendo a la calle y disfrutando de buenos momentos con los suyos. "Queremos que todos dispongan de un lugar para reunirse y pasar un buen rato", cuenta.
Para ello disponen de una terraza que circunscribe el local y que "es ideal para disfrutar del buen tiempo". Su amplitud les permite "jugar con grupos grandes", pudiendo acoger, por ejemplo, reuniones de hasta 30 personas reservando aún espacio para los nuevos clientes que puedan llegar.
Sin duda estas son las dos grandes armas que juegan a su favor para luchar contra la competencia. Porque 'El Rinconcito' rivaliza con dos establecimientos completamente asentados en la zona como son la cervecería La Antigua y el pub Mados. "Entre los dos captan muchos clientes. Son locales que llevan mucho tiempo aquí y eso se nota", admite el hostelero jerezano.
Ahora bien, su enfoque no va tanto en la línea de competir con ellos como de establecer una especie de colaboración entre los tres locales. "Hay mucha gente que viene a tomarse un mondadito o una tapa al Rinconcito y luego se van a los otros bares a tomarse una copa", señala, agregando que "el hecho de que nosotros pongamos la cerveza y los tragos largos más baratos también se nota porque hay quienes prefieren venir aquí y ahorrarse un par de euros por copa".
"Cada día encuentras algo nuevo en la carta"
Desde que abrieron El Rinconcito ha ido transformándose. Manteniendo su idea primigenia sus promotores han realizado distintas pruebas para alcanzar el punto idóneo que concuerde con lo que reclaman sus clientes. Así, por ejemplo, al principio no trabajaban desayunos y los han añadido recientemente a su oferta.
Del mismo modo la carta ha ido ampliándose, añadiendo platos básicos pero siempre respondiendo a la intención de poner en valor la gastronomía de Jerez. Es por ello que a los montaditos variados que ofrecen se han sumado platos fríos como la ensaladilla, las papas aliñadas, los chicharrones o las tablas de queso y unos guisos semanales que van rotando. "Una semana podemos tener albóndigas en salsa y otra carrillada, vamos alternando para ofrecer variedad", incide Antonio.
Además de esto todos los sábados cuentan con degustaciones de carne en salsa, fideguá con gambas, paella, berza... "Tenemos de todo, cada día encuentras algo nuevo en la carta". Además su oferta es estacional, por lo que va rotando en función de la temporada. De cara a la de verano el jerezano de 25 años confirma que ya tiene planificados los platos que ofrecerá pero prefiere mantener el secreto hasta que estén disponibles. "La mejor forma de saber lo que tenemos es viniendo a probarlo", dice entre risas.
Al ser tan joven, el promotor de este bar es consciente de la importancia que tienen las redes sociales, de modo que trata de mantener activo su perfil de Instagram. Del mismo modo llevan a cabo sorteos y otro tipo de promociones para atraer y fidelizar clientes que suelen hacer coincidir con grandes eventos, especialmente deportivos, que están teniendo gran respuesta por parte del público. "La gente se anima a participar y además hablan de nosotros. Nos comparten y así podemos llegar a más usuarios, es la nueva forma de hacer publicidad", aclara.
El Rinconcito es un establecimiento que se encuentra en un cambio continuo. Es un "ensayo y error constante" para encontrar la fórmula mágica que les permita echar raíces de forma definitiva en una zona muy buena de Jerez, cerca del centro pero suficientemente alejado de todo el bullicio y el jaleo que se forma en las grandes fiestas. El tránsito por un verano relativamente raro y una época floja como la de otoño-invierno les ha servido para coger resuello y ganar experiencia de cara al inicio de la temporada más importante del año.
Con unos precios con los que dificilmente pueden tener competencia auguran unos meses "ajetreados pero ilusionantes" que puedan darles definitivamente la estabilidad que tanto ansían y comenzar a sumar primaveras como los otros establecimientos de su entorno.