En un rinconcito del recientemente renovado Mercado de Abastos de El Viso del Alcor, entre carnicerías, pescaderías y mercerías de toda la vida, la sevillana afincada en Mairena del Alcor, Amanda Cordones, lleva con maestría Suzaku, como si fuera nipona de cuna. A base de trabajo y esfuerzo, ha convertido su pasión por el sushi en un reclamo que atrae tanto a locales como a forasteros. Suzaku Sushi no es un restaurante al uso; es el único local de la comarca dedicado exclusivamente a este plato de tanta fama en nuestro país, una propuesta que destaca por su originalidad y por la calidad de sus ingredientes. Sin contar con antecedentes familiares en hostelería ni una formación previa en la cocina japonesa, la propietaria de Suzaku se adentró en este universo de arroz y pescado como quien explora un mundo nuevo. “No era en sí cocina, era hacer algo bonito”, afirma.
El nombre Suzaku, inspirado en un tipo de ave fénix de la mitología japonesa, es el símbolo del propio resurgir de la dueña en el mundo de la restauración. Cuando su anterior jefa decidió cerrar el negocio dedicado a las mismas artes culinarias, Cordones vio la oportunidad de seguir adelante y darle nueva vida al local. Con la ayuda de un compañero cubano, trabajó para superar los desafíos administrativos que retrasaron la apertura hasta enero de 2022. “Intenté agilizar papeles, pero los trámites fueron muy lentos… ya casi había tirado la toalla cuando en septiembre de aquel año nos llamaron”, comenta.
Desde entonces, Suzaku Sushi se ha mantenido fiel a una propuesta donde el respeto por el producto y la satisfacción del cliente son claves. Cordones ofrece una extensa carta de sushi con cerca de 30 variedades, apostando por la personalización en sus combos y una atención directa, todo ello acompañado de ingredientes de primera calidad que son la base de su éxito.
El secreto detrás de Suzaku
Para esta joven emprendedora, uno de los pilares de su negocio es el compromiso con la calidad de su materia prima, algo que considera fundamental en la oferta gastronómica del local: “Aunque el precio del salmón casi se ha duplicado en un año, yo vendo lo que ves, algo de calidad y fresco”, afirma. A fin de cuentas, lo que quiere es “una apuesta por la calidad que mis clientes valoran mucho y que me hace sentir que estoy ofreciendo lo mejor de Japón a Los Alcores”. Y lo tiene claro: no piensa escatimar en el producto para asegurar que cada pieza de sushi mantenga el nivel que los clientes esperan, incluso cuando esto supone un esfuerzo adicional para el restaurante. Sobre todo monetario.
Desde el atún, preparado con técnicas que ha aprendido en seminarios especializados, hasta ingredientes locales que permiten al sushi conectar con el paladar de sus comensales. Amanda Cordones considera que la presentación también juega un papel importante. “El sushi se mete por los ojos”, comenta, asegurando que cada pieza de Suzaku está pensada para ofrecer una experiencia que combine sabor y estética. Y que no se desmorone.
Suzaku ofrece desde combinaciones clásicas de nigiris y sashimis hasta rollos más adaptados al paladar local, algo que la gerente considera esencial para ganarse a la clientela de la zona. “Puedes ir a cualquier sitio, mejor o peor, pero nadie te va a ofrecer una carta tan amplia de casi 30 tipos de sushi”, asegura la dueña con orgullo. Además, Suzaku es único en su enfoque hacia los citados combos a la carta, una de las señas de identidad del lugar. El cliente puede pedir combinaciones según sus gustos o alergias, desde alternativas sin pescado crudo o piezas sin ciertos ingredientes específicos, una flexibilidad que se ha convertido en un valor añadido. En palabras de Cordones, “este enfoque cercano nos ha permitido adaptarnos a cada cliente, y eso crea una conexión especial con ellos”.
Repartos que no cesan
Además de la calidad de sus ingredientes, con una frescura y una elaboración minuciosa, y la variedad comentada, Suzaku resalta por su alcance y compromiso de servicio en toda la comarca. La dueña explica que Suzaku no solo atiende a los visueños, sino que también organiza entregas a localidades vecinas como Carmona y Mairena del Alcor, contando con un equipo propio de repartidores. Nada de riders, por el momento. “No dependemos de empresas externas; queremos controlar la calidad de lo que entregamos confiando en nuestro equipo”, explica Amanda, quien considera que el control sobre el proceso de distribución es esencial para asegurar la frescura y calidad de cada pedido. Esta logística de reparto, que abarca incluso a localidades más alejadas en horarios específicos, parece una locura, pero la eficacia se respira en sus fogones.
“Me gusta asegurarme de que cada pedido llega en el mejor estado posible y eso es algo que los clientes valoran para que puedan repetir”, comenta. Pero el servicio personalizado no se limita a la entrega a domicilio. Cordones asegura que muchos clientes aprecian el trato cercano que se les brinda en el local de este coqueto Mercado de Abastos y la posibilidad de adaptarse casi a lo que a cualquier comensal se le apetezca.
La gerente eligió el nombre Suzaku como símbolo de renacimiento y evolución, dos características que definen su trayectoria en el negocio de la hostelería. Para ella, el sushi ha sido mucho más que un negocio: ha representado una forma de reinventarse y de aportar algo genuino a la comunidad. Desde sus primeros pasos, la dueña ha buscado aprender y mejorar sus técnicas a través de cursos y seminarios especializados, lo que le ha permitido desarrollar habilidades que aplica día a día en Suzaku. “He ido a varios seminarios, en Málaga y en otros sitios, para aprender a cortar pescado y conocer nuevas recetas”, explica. Este aprendizaje continuo le ha permitido no solo adaptar sus platos a los gustos locales, sino también mantenerse fiel a las raíces de la cocina japonesa, logrando una propuesta que combina lo mejor de ambos mundos.
En pleno crecimiento
Si hablamos de futuro, Suzaku parece volar alto. La gerente no descarta la idea de abrir un segundo local o ampliar el actual espacio en el mercado de abastos, una idea que le permitiría atender a más clientes y dar cabida a las crecientes demandas de la zona. “Estoy enseñando a más gente, porque antes lo hacía casi todo sola y ahora necesito personal para diferentes tareas”, comenta. Un crecimiento que le ha permitido delegar y pensar en nuevas posibilidades, con el objetivo de seguir sorprendiendo a sus clientes y consolidarse como referente comarcal y provincial. Aunque no es una emprendedora de larga trayectoria, su arrojo le ha brindado una oportunidad para desarrollar su creatividad y su habilidad en la hostelería y lo ha hecho de manera exitosa. Pero Amanda no se quiere quedar ahí. Piensa seguir “aprendiendo y mejorando”, convencida de que Suzaku es una marca que va más allá del simple negocio: “Es un proyecto que he construido desde cero y quiero que siga creciendo”, concluye.
En un mundo de cadenas y franquicias, que en pleno corazón de Los Alcores brote como flor de loto una propuesta auténtica, basada en el compromiso y el esfuerzo, como la que ofrece Suzaku es de agradecer. Amanda Cordones, con dedicación y una visión clara, ha logrado crear un espacio en el que la cocina japonesa se mezcla a la perfección con la tradición local. Y como el ave fénix de ojos rasgados de la que toma su nombre, Suzaku no para de crecer, extendiendo sus alas hacia nuevos horizontes.
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