Último 'finde' para comer en un popular restaurante chino de Cádiz antes de convertirse en apartamentos

El establecimiento Buda Feliz, en la plaza de San Juan de Dios, cerrará sus puertas tras 33 años preparando arroces y tallarines

Fachada del restaurante Buda Feliz en el centro de Cádiz. JAVIER RODRÍGUEZ
15 de marzo de 2025

Arroces, rollitos, tallarines, fideos con pollo y ternera con pimientos. La boca de muchas personas se hace agua cuando escuchan hablar de la gastronomía china. Estos platos llevan más de tres décadas preparándose en el restaurante chino Buda Feliz, ubicado en la plaza de San Juan de Dios de Cádiz.

Este querido local que se ha ganado el cariño de visitantes y vecinos se convertirá en apartamentos y viviendas. La familia propietaria, que fue pionera en este tipo de comida en la capital, cerrará sus puertas tras 33 años de vida en las inmediaciones del Ayuntamiento gaditano.

Este domingo 16 de marzo será el último día que los seguidores de Buda Feliz podrán sentarse en sus mesas para degustar sus especialidades. 

Las paredes de este local han sido testigo de numerosas reuniones de amigos y familias que han disfrutado comiendo los abundantes platos que prepara esta familia. 

Nueva vida para el inmueble

El restaurante dice adiós para siempre debido a la venta del edificio donde está situado. Según recoge Diario de Cádiz, los responsables de Buda Feliz no han llegado a un acuerdo con los nuevos propietarios pese a las negociaciones que se llevaron a cabo. El futuro del inmueble serán apartamentos y viviendas que gestionará una empresa de Sevilla. Sin embargo, están buscando un nuevo local en el que poder continuar con su aventura culinaria.

 "¡Última semana de apertura! Después de 33 años nos despedimos con gratitud. Queremos daros las gracias por todos estos años de cariño junto a nosotros, ha sido todo un placer teneros cerca. Ven a disfrutar de nuestros platos una última vez. Nuestro último día es este domingo, así que... ¡Os esperamos!", escribieron los dueños en un cartel que ha causado tristeza para muchos de sus fieles.

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P. Merello

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