"Veremos a ver qué pasa cuando esto se llene de madrileños...". Ese ha sido uno de los comentarios más repetidos en el último fin de semana en Zahara de los Atunes, una pequeña ELA de Barbate que en verano multiplica con creces su número de residentes (apenas 1.200 el resto del año), siendo mayoría los que acuden a sus segundas residencias procedentes de la capital de España. El coronavirus lo ha trastocado todo y también la imagen de este pueblo ya entrado el mes de junio, con la mayoría de hoteles cerrados y muchos negocios hosteleros desperezándose.
Pronto, como cada año, caras muy conocidas, especialmente del mundo del cine y la televisión —desde Álex de la Iglesia a Eva Hache, pasando por el Gran Wyoming, Hugo Silva o Blanca Suárez— se convertirán en vecinos de los lugareños de este pueblo marinero —muy vinculado con la captura ancestral del atún rojo de almadraba— que apuran las últimas horas desde que abandonaran el confinamiento estricto y la sospechosa marabunta que les aguarda al concluir la tercera fase de la desescalada.
Aun así, Zahara sigue siendo un zaharaíso, como defienden desde la cafetería El Portón, un lugar donde desayunar al fresco con un buen pan de cereales, pavo, aguacate y tomate. Una buena manera de empezar el día en la misma calle (María Luisa) donde este jueves abrirá La Taberna del Campero, una barra que es prolongación de uno de los restaurantes emblema de Barbate y en la que habrá que reservar pronto para probar alguna de sus delicias: sashimi, tataki, tartar... A Zahara de los Atunes, obviamente, se va a comer atún o, en su defecto, carne de vaca retinta. Dos manjares con mil posibilidades y formas de cocinar. En la taberna, con la suficiente distancia social, se podrá degustar de nuevo el pincho de atún marinado con gazpacho de mango o un sencillo pero exquisito morrillo de atún a la plancha.
Obligatorio en la mañana pasear por la playa del Carmen, el arenal marinero del pueblo que fue noticia nacional recientemente por la nefasta idea del presidente de la Junta Vecinal de la ELA de desinfectarlo con lejía. Afortunadamente, no fue a mayores y esta semana se ha sabido que la Bandera Azul volverá a ondear de nuevo en la costa zahareña. La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC), organismo encargado de conceder estas insignias en el litoral español, ha devuelto esta distinción que se perdió el año pasado. "Esto significa que esta zona del término municipal de Barbate vuelve a destacar por su calidad ambiental y sus servicios", destacan desde el Ayuntamiento matriz barbateño.
Además, como novedad, el centro de información del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate ha logrado la distinción Centro Azul en este 2020. Esta calificación ha sido posible gracias al Ayuntamiento de Barbate, que propuso este equipamiento y la documentación correspondiente para su candidatura. El requisito para convertirse en Centro Azul, en un municipio con playas Bandera Azul 2020, es la existencia de un centro de visitantes, aula de mar o de naturaleza, entre otras cosas, visitable por la población en general, que incluya entre sus objetivos y actividades la educación ambiental sobre los ecosistemas litorales y/o el desarrollo sostenible, así como información específica sobre el programa Bandera Azul.
El alcalde de Barbate, el andalucista Miguel Molina, se ha mostrado “muy contento” de que la playa de Zahara de los Atunes vuelva a tener la Bandera Azul. El regidor barbateño ha destacado que “este es un gran trabajo de equipo que se ha volcado en acondicionar las playas lo máximo posible”. Por su parte, el presidente de la ELA, Agustín Conejo, ha esperado que “con las medidas anti-Covid-19 podamos disfrutar de un gran verano en nuestra maravillosa playa”.
Un café y una copa en Lo de Bibi, casi sin salir de la playa, es una buena opción. Ya anuncian su regreso: "Abrimos mañana jueves 11 de junio por fin. Estamos tomando todas las medidas oportunas para que estéis tranquilos y podáis disfrutar de nuestro paraíso". El puente en puntos de España como Sevilla, unido a la fase desescalada que ya permite el movimiento interprovincial, abrirá la temporada oficialmente en Zahara de los Atunes, a los pies del Retín, con sus kilómetros de playa prácticamente virgen, con aforo más que suficiente para que quepan todos.
Otra cosa es el pequeño poblado marinero. La masificación de otros años es lo que temen lugareños y currantes que se ganan la vida con la hostelería. El recién inaugurado Zoko Zahara (Calle Real), un restaurante canalla ideal para zamparse una buena cena, anda ya con las pilas puestas, con medidas de seguridad y geles hidroalcohólicos bien visibles, pero con sus fogones a pleno rendimiento. Una pornografía de atún salvaje con vino de Jerez es una buenísima opción de maridaje, pero no se les ocurra perderse el salmorejo con tierra de tomates secos, el pollo al curry con cuscús de remolacha, o la mini hamburguesa de retinto.
Exquisitez de un grupo con establecimientos en Madrid, Sevilla y Zahara (dos locales más: Zokarrá y Salvaje) fundado por el argentino Peter Alexander y que cuenta entre sus socios a Mikel Urmeneta o Jon Sistiaga. Ya entrada la noche, refresca. Habrá que ir pensando en el día siguiente: seguir hacia Atlanterra y su emblemática playa de los Alemanes, o exprimir otra vez un pueblo repleto de belleza natural y buenas propuestas gastronómicas. Anoten, por si necesitan más ideas: El Refugio, Casa Juanito, Almadraba, Gaspar o El Huesi (sorprendente el mensaje de atún en una botella).