La provincia de Cádiz, mi casa madre, está llena de leyendas. En cada pueblo, en cada rincón, tropiezas y descubres una leyenda.
El testimonio de los habitantes siempre me otorga un dato diferente, una curiosidad, que me lleva a documentarme y darme de pleno con otra leyenda urbana. Y el número sigue creciendo.
Entre todas, me llama la atención cuando entre múltiples ciudades de la misma provincia coinciden en un ser fantasmal; como por ejemplo las damas blancas. Eso sí, cada lugar le da su toque personal que las hace, a cada una, iguales y a la misma vez diferentes.
En este primer artículo sobre esta serie de leyendas de esas ánimas femeninas que deambulan tristes por los rincones de sus respectivos hogares en busca de venganza, me voy a referir a la dama blanca de Sanlúcar de Barrameda.
La encontramos en el antiguo Palacio del Marqués de Arizón; en la actualidad un hotel; donde según cuentan fue emparedada por su esposo, Diego, al descubrirla in fraganti en una infidelidad con uno de los criados.
Dicen las malas lenguas de la zona que Diego fue exculpado de su crimen por su amistad con Felipe V, rey de España. Sin embargo, comenzaron a irle mal los negocios mercantiles. Hay que concretar que era comerciante, un cargador de Indias.
Años después, cayó desde la torre de su palacio en Sanlúcar, y ahí las posibilidades para la leyenda se abren en abanico: fue empujado por el fantasma de la dama blanca, que era Margarita, su mujer infiel. No obstante, hay un compañero del misterio que comentó que quién murió de tal manera no fue Diego, sino un descendiente posterior. ¿Pero la historia es real?
Según los testigos han visto a la dama blanca reflejada en un espejo antes de llegar a la torre mirador, en la última planta. Del espejo cuentan que está colocado en la pared para tapar la mancha de sangre que sale ahí. Ya que se dice que se colocó premeditadamente para evitar que descubrieran donde estaba emparedada nuestra protagonista.
También cuentan que cuando la casa palacio estuvo deshabitada, hallaron muñecos con monedas de oro dentro. ¿Nuestro Diego se volvió loco y escondió su herencia? Debía de tener bastante dinero porque dicen que el favor del rey no le salió barato.
¿Y Margarita? Pues Margarita sigue paseándose por la casa palacio, dejándose ver en los pasillos a la luz tenue de alguna bombilla, vagando mientras pide venganza… Pero vamos a rizar el rizo ¿Por qué no aparece el fantasma de Diego? Murió allí también y, en conciencia, su castigo debería ser vagar por sus antiguos aposentos. ¿Habrá largado Margarita a su asesino de las instalaciones?
¿Quién se apunta a alquilar una noche en el hotel Palacio de Arizon?
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