En el intrigante universo del Hospital Universitario de Puerta del Mar en Cádiz, donde las paredes resguardan historias más allá de la medicina, el misterio del "Fantasma de Digestivo" se erige como una leyenda que desafía las lógicas de la realidad y el más allá.
Hemos explorado los ecos de la monja, la presencia inquietante del niño en el ascensor y la amable auxiliar Mari Ángeles, pero es el paciente de la planta de Digestivo quien nos sumerge en una trama de enigmas que desafían la comprensión.
Este enigmático espectro solo se deja ver en días festivos, o fines de semana, cuando la rutina de consultas cede terreno a la limpieza a fondo de las instalaciones.
La narrativa se desarrolla en un domingo cualquiera, durante el turno de mañana, cuando un señor ataviado con la bata hospitalaria actual, de aspecto sereno y educado, cruza las puertas que dividen la planta de Digestivo en dos áreas: la de los pacientes encamados y la de las consultas. Su apariencia, con gafas, cabello canoso bien peinado y un libro entre sus manos, sugiere que es un paciente más del hospital.
Con total cortesía, el hombre se sienta en una de las salas de espera que las limpiadoras están dejando impecables. Comenta que el enfermero de guardia en la planta siempre le permite leer en días sin consultas, creando un oasis de tranquilidad para disfrutar de su pasión. Sin embargo, las limpiadoras, desconcertadas al verlo por primera vez, le advierten que tal permiso no es posible, ya que está prohibido que personas ajenas al personal accedan a áreas cerradas del hospital. Aceptando las disculpas, el supuesto paciente se levanta y abandona las instalaciones con calma.
Lo que comienza como una anomalía aparentemente simple se transforma en un enigma más complejo. Preocupadas por la posibilidad de un empleado infringiendo las normas, las limpiadoras deciden buscar al enfermero de la planta para informar del incidente. Sin embargo, al llegar a la zona de los pacientes, las enfermeras presentes niegan la existencia de un enfermero de guardia ese día y del mes en curso. Sorprendentemente, tampoco reconocen al hombre descrito, aquel que afirmaba tener el permiso especial para leer en la sala de espera de las consultas.
La perplejidad se apodera del momento cuando las enfermeras, tras consultar el cuadrante, revelan que todos los trabajadores de esa planta en ese mes son mujeres, y ningún paciente tiene permiso para abandonar su área y realizar actividades en las salas de espera. La búsqueda por otras plantas tampoco arroja respuestas claras: nadie parece conocer al enigmático paciente que desafía las reglas del hospital.
La historia deja a las limpiadoras con un misterio sin resolver, bautizando al desconocido como el "Fantasma de Digestivo". La confusión y nerviosismo se apoderan de ellas al confrontarse con la posibilidad de que aquella persona con la que interactuaron, y que incluso describieron con detalle, simplemente no exista en el contexto del hospital.
¿Has tenido alguna vez el encuentro con el "Fantasma de Digestivo"? ¿Crees en la posibilidad de que este enigma sobrenatural sea una realidad que se desliza entre las paredes del Hospital Universitario de Puerta del Mar? Las respuestas se desvanecen en el aire, dejando este misterioso relato entre la verdad tangible y la presencia que se escapa a nuestra comprensión.
Richard Stine