Los fantasmas del Hospital Universitario de Puerto Real - La Capellana

Se dice que esta figura espectral es el fantasma de una monja o matrona que, según testimonios de empleados y pacientes, ha sido vista deambulando por las habitaciones del antiguo laboratorio

Interior del Hospital Universitario de Puerto Real.

El Hospital Universitario de Puerto Real, en Cádiz, es una edificación cargada de historia y misterio. En sus orígenes, fue conocido como un sanatorio antituberculoso, un lugar destinado al tratamiento de una de las enfermedades más temidas del siglo XX. La tuberculosis, que por entonces no tenía cura, llevó a la creación de estos centros alejados de las ciudades, donde los pacientes eran aislados en un intento de controlar la propagación de la enfermedad. A lo largo de los años, el hospital ha evolucionado, y hoy en día se ha convertido en un centro que incluye diversas áreas, entre ellas, la de salud mental. Sin embargo, bajo la superficie de lo que parece ser un hospital más, se oculta un legado de historias sombrías y fenómenos inexplicables. 

Entre las historias que circulan sobre este lugar, una de las más impactantes es la que protagonizó un vigilante de seguridad que trabajaba en el hospital. Según su testimonio, una noche se encontró con un hombre en un estado evidente de nerviosismo. Lo que más llamó la atención del vigilante fue la vestimenta de esta figura: una capa negra que cubría su rostro, otorgándole una apariencia inquietante. El vigilante, pensando que el hombre necesitaba ayuda, se acercó para socorrerlo. Pero lo que descubrió al acercarse fue aterrador. Al retirar la capa, se dio cuenta de que el hombre no tenía rostro. En ese mismo instante, la figura desapareció por una de las paredes del hospital, dejando tras de sí un mensaje escrito: “Por favor, ayúdame, estoy atrapado”. 

Este relato es solo una de las muchas historias sobrenaturales que envuelven al Hospital de Puerto Real, especialmente en su ala de salud mental. Aunque las leyendas urbanas a menudo se exageran o distorsionan con el paso del tiempo, el caso del hombre sin rostro ha sido mencionado por varias personas que han trabajado o pasado tiempo en el hospital. Su desaparición misteriosa y el mensaje dejado atrás plantean preguntas perturbadoras. ¿Qué o quién estaba pidiendo ayuda? ¿Se trata de una manifestación espiritual, o de algún tipo de fenómeno psicológico o perceptual provocado por la atmósfera densa de un lugar con tanta historia de sufrimiento? 

Otra de las figuras recurrentes en las historias del hospital es la llamada Capellana. Se dice que esta figura espectral es el fantasma de una monja o matrona que, según testimonios de empleados y pacientes, ha sido vista deambulando por las habitaciones del antiguo laboratorio. A menudo descrita como una presencia tranquila, su aparición parece tener un propósito desconocido, pero siempre rodeada de un aura de misterio. Algunos creen que la Capellana fue una cuidadora o trabajadora del hospital en sus días de sanatorio, y que, de alguna manera, su espíritu permanece ligado a este lugar, tal vez incapaz de encontrar descanso. 

Estas historias sobre el Hospital de Puerto Real no solo despiertan la curiosidad de quienes buscan explicaciones a lo paranormal, sino que también nos invitan a reflexionar sobre los lugares con pasado oscuro. Los sanatorios, hospitales y otros centros de salud mental, a menudo relacionados con el sufrimiento y la muerte, se convierten en escenarios propicios para leyendas y relatos sobrenaturales. Y aunque en muchos casos estas historias puedan ser producto de la imaginación, también nos hacen preguntarnos si las emociones intensas y el dolor de quienes pasaron por esos lugares de alguna manera quedan impregnados en sus paredes. 

El Hospital de Puerto Real es un ejemplo de cómo lo paranormal y lo histórico se entrelazan en un mismo espacio. Lo que en su día fue un sanatorio dedicado a la lucha contra la tuberculosis, un lugar de aislamiento y muerte, hoy sigue siendo testigo de fenómenos inexplicables que parecen reflejar el sufrimiento de antaño. Las apariciones del hombre sin rostro y de la Capellana pueden ser manifestaciones simbólicas de las vivencias extremas que este hospital ha visto a lo largo de su existencia. Ya sea que creamos o no en lo paranormal, no podemos negar que la atmósfera de lugares como este nos invita a pensar en la fragilidad de la vida y en lo que puede quedar más allá de ella. 

Al final, estas historias del Hospital de Puerto Real nos recuerdan que la arquitectura de los lugares también guarda la memoria del pasado. Lo que hoy conocemos como un hospital moderno tiene capas de historia y recuerdos que siguen latiendo, y, en algunos casos, manifestándose de formas que no podemos comprender del todo. Ya sea el hombre que desaparece por las paredes o la Capellana que vaga por los pasillos, ambos son parte de un legado que trasciende lo material. 

Richard Stine

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