Como hice con el comienzo de esta andadura solidaria y misteriosa en mi ciudad natal, le debía un artículo de opinión a lo que allí se vivió en este año tan cambiante para el servidor que escribe.
Debo de reconocer que tenía el doble de nervios que la primera vez. La base se había puesto, pero, ¿se asentaría para acoger a unos ponentes cada vez más experimentados en sus respectivos campos? ¿Afectaría el cambio de lugar de celebración a peor? ¿Será cierto que habrá lleno y mucha curiosidad por lo que allí se iba a contar?
En este caso pasé a un segundo plano, a mero presentador de ponentes. Ya tuve mi momento en la primera jornada, y no quería resultar pedante volviendo a soltar mi palabrería sin que nadie me invitase. Así que, aquí queda dicho, quien quiera volver a escucharme hablar sobre el mundo de la parapsicología, que me invite a sus actos.
En esta ocasión los días se redujeron a dos. Tres fueron excesivos y los ponentes pasaron de nueve a seis. Mejor calidad que cantidad y el lugar pasó a ser más céntrico que en la otra vez. Sin embargo, seguíamos sin el apoyo institucional, sin un duro, pero con unas ganas enormes de que este camino no se pierda en San Fernando.
Ya no es la ciudad en la que vivo, es más, no es la ciudad de ninguno de los que formamos la asociación cultural que la organiza. Pasamos de cuatro componentes a dos y ninguno es de allí... Pero es la ciudad que me vio crecer, la que me ha dado tantos buenos recuerdos de niño y de algún modo se lo quiero devolver.
El lugar escogido fue la Peña Cultural Carnavalesca Los Catavinos, que de ellos no puedo y no podré decir nada malo. Se portaron como lo que son, unos grandes amantes de la cultura isleña a los que desde aquí vuelvo a repetir lo que dije al finalizar el acto: "Gracias por todo".
Las ponencias se llenaron todas, con algún contratiempo por los típicos fallos del directo, pero fue un honor que el primero que se pusiera a soltar su conocimiento fuese el isleño Carlos Rodríguez; fundador de El güichi de Carlos; que tanto he aprendido de él y siempre ha tenido una mano abierta a mi causa, pese a nuestras diferencias de opiniones.
Tras él vino Miguel Ramírez; autor de Crónicas negras de Jerez; para hablarnos de la parte más macabra del mundo de la parapsicología. Desde aquí le agradezco el esfuerzo que hizo para hablar sobre crónica negra isleña y tratarla con tanto respeto.
Para cerrar el primer día estuvo Jose Antonio Aguilera, colaborador de Cuarto Milenio, para hablarnos sobre carreteras malditas. Que alguien de su nivel, siendo de Sevilla, haya venido sin pedirnos nada, involucrándose tanto en las jornadas, dice mucho de su persona. Su ponencia fue la guinda del pastel del primer día.
En el segundo día de jornada tuvimos a Jose Manuel Saldaña, un gran radiestesista de Sevilla, que eliminó muchos tabúes de la parte más sensorial de la parapsicología y desmintió muchas reglas que se creen ciertas porque sí de los péndulos, varillas zahoríes y de la mismísima guija.
Luego vinieron los académicos Michael Martínez Blanco y David Mendoza a hablar sobre su última investigación, la Atlántida. Un tema que, por la parte que le toca a San Fernando, es muy interesante. Siempre hemos sido objeto de haber sido parte de ese imperio calcolítico, como sus dos ponentes afirmaban. Se les notaba muy sueltos y sabedores del tema al ser uno de ellos colaborador de Cuarto Milenio.
Por último, para poner el broche de oro a todo esto, repetía nuevamente en las jornadas el gaditano Jesús Relinque para tratar su última investigación. Abordó el tema de la misteriosa aplicación de móvil Randonáutica y todos sus entresijos. Tocó temas reales, que algunos presentes pudieron dar fe de ellos.
Hay que decir que no pasó como el año pasado, cuando algunos ponentes se vieron hablando prácticamente a sus amigos y organizadores del evento. Todas, y cada una de ellas, se llenaron. Así que eso de que hacerlo durante el puente de diciembre era malo, no es más que una leyenda urbana.
Por otro lado, darle las gracias a Bernardo, el cámara que trajo su equipo profesional para, posteriormente, editar cada ponencia y que se pudiera apreciar a posteriori de la mejor calidad posible. Hubo directos, como el año anterior en nuestras redes sociales, pero muchas de ellas fallaron por internet o el error humano, así que no se asuste nadie, que todo está grabado y bien editado.
Para seguir subiendo peldaños, la asociación se rascó de su bolsillo para dar pequeños detalles a los ponentes, a la peña y a los organizadores del evento. Sin embargo, lo más hermoso que se puede llevar uno en estos encuentros es conocer a otros compañeros del misterio y establecer verdaderos lazos de amistad.
En 2023 se realizó también la IV Jornada de misterio de Barbate durante la fiesta de los muertos, mientras que en Sanlúcar de Barrameda se celebraron las segundas, también usando Halloween de fondo. Por último, y no menos importante, Arcos de la frontera se lanzó a hacer sus primeras jornadas usando las mismas fiestas como telón de fondo.
Es un placer que para el 2023, la provincia gaditana cuente con una jornada más. Hemos pasado de tres jornadas al año, a cuatro. Estamos muy lejos de otras provincias o regiones, pero seguimos dejando a otras atrás. Solo espero que para 2024 sean más ciudades las que se levanten e inicien su camino. O, por lo menos, que los pioneros de esto, Puerto Real, vuelvan a tener sus propios eventos sobre parapsicología.
Gracias a todos los asistentes por venir, y los que no pudisteis, en las redes están las conferencias de cada uno para que las disfrutéis cuando queráis. Solo digo que en este 2024 no pensamos dejar de pisar el acelerador y ayudar de manera benéfica como cada año.
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