Es cierto que un tiempo frío y lluvioso, con el sol acostado, es un buen momento para contar historias de terror. Sin embargo, si eso se hace al calor del hogar, mientras estamos acurrucados entre unas buenas mantas y embriagado por la comodidad de nuestro sofá, siempre será mejor.
Las inclemencias, la temporada de los compromisos familiares por culpa de la Navidad y el Mundial de Qatar pudieron enturbiar una mejor acogida, pero así fueron las cosas. Además, al nacer al desamparo de cualquier entidad pública y alejado del centro de la ciudad, son cruces que lastraron un mayor crecimiento. No obstante, la semilla ya está plantada.
Si los dos primeros párrafos desalientan a cualquiera, que no se os engañe por unas cuantas líneas. El evento luchó contra viento y marea, pero dejó momentos muy interesantes, charlas para el recuerdo, una repercusión online muy positiva y acercó a curiosos que prometen expandir la idea de que en San Fernando: “se hacen cosas de estas”.
Estamos muy acostumbrados en esta ciudad a pensar que no escapamos de la monotonía del flamenco, la Semana Santa y poco más. Y, aunque la proporción de los eventos puede dar la razón, no todo es lo mismo. Existen alternativas, cada vez más presentes; celebrar Halloween como si fuera nuestro; que se están abriendo un hueco. Y el mundo del misterio, es uno de ellos.
Ya sea arrastrado por esa celebración exacerbada de la fiesta de los difuntos, por la cantidad de leyendas urbanas que tenemos, o porque el ser humano es curioso por naturaleza, el mundo de la parapsicología está cada vez más en la boca del isleño.
Y no, no estoy diciendo que de aquí a dos meses San Fernando sea el epicentro del mundo sobrenatural y nadie critique a un amante de lo oculto por ser un “friki”. Pero que se está llamando a la puerta de la curiosidad ciudadana, de eso no cabe duda. A la vista está, aquí para asegurarse votos celebran el final de octubre como si dicha tradición hubiera nacido a las orillas de las marismas.
Además, otro punto a favor fue conseguir que investigadores de otras ciudades vinieran a realizar sus ponencias. Está claro que el factor isleño no podía faltar ningún día; tres ponentes isleños, uno cada día; pero arrastrar público de más allá de Torregorda siempre es buena señal.
Algunos medios de comunicación hicieron oídos sordos; hablar de una afición tan de nicho, no gracias. Pero otros sí que sacaron sus respectivas notas de prensa. A día de hoy, un medio de comunicación no tiene tanta repercusión por la gran saturación de contenido en la red, pero que te escuchen ya es señal de que algo estás haciendo bien.
No quito que estamos a años luz de otras jornadas, eventos, o encuentros, del misterio de otras ciudades. Pero cuando el antiguo referente gaditano; la Agrupación Parapsicológica de Puerto Real; te felicita por lo que estás haciendo, puede ser que no se vaya tan mal encaminado.
Ni que decir el orgullo que, como isleño, siento al ser uno de los organizadores del primer evento de esta índole en la Isla de León. Lo dicho, para ser los primeros de la provincia ya vamos tarde, y me alegro, pero ese placer de ser pionero en mi tierra no me lo quita nadie.
Para terminar, quiero volver a dar las gracias a todos los que asististeis al evento tanto como oyente, como ponente. A los que difundieron los múltiples carteles por las redes sociales, los que siguen viendo las ponencias pese a que hace más de una semana que terminaron las jornadas, y a los que fuísteis invitados pero, meditadamente, no quisisteis responder; ni difundir el evento; también os lo agradezco. Si intentas silenciar algo, es porque ese algo es demasiado importante para un interés que tenemos en común; ergo, vamos bien encaminados.